PUNTO DE MIRA

Temo no saber dónde hay mejoría

La información de que ahora hay más clase media que pobres provoca una sonrisa. Los datos sobre el crecimiento y mejoría económica de los ciudadanos son irrebatibles. No hay otra fuente. Oponerse es un ejercicio de sordos. Pero sigue dando risa.

Entre los atributos de clase media que se citan está la tenencia de neveras y estufas. Se olvida, o se pasa por alto, que los pobres ahorran con el estómago. Dejan de comer para comprar un electrodoméstico. El fiao es algo más que una figura de la gramática dominicana.

Ahora resulta que el 28 por ciento de los nacionales son clase media mientras los pobres totalizan el 25 por ciento. Comprobado está que las estadísticas son un frio instrumento punzocortante que sin derramar sangre traspasa la percepción social.

La Tarjeta Solidaridad ha hecho su trabajo en favor del PLD y también de la calidad de vida de muchos, pero no creo que llegue a ser peldaño que eleve tanto en la escalera de la sociedad. No alcanza para tanto, aunque haya sospechas en tal sentido.

Temo Montás que de sincero parece contumaz, presenta un artilugio numismático que decora con estadísticas de nuevo cuño. Tiene esa, su afirmación, la densidad de la borra electoral.

Esta presunta movilidad social parecería trepar ágilmente los peldaños de la bonanza económica que sostenidamente tiene el país.

Las estadísticas internacionales nos presenta, nuevamente, como referente en el crecimiento regional que hasta el momento sobrepasa el cinco por ciento de proyección, lo que nos parece una jerigonza, ya que no entendemos ese lenguaje que habla de avances que se quedan como la nata, flotando en la parte superior del bidón. Nuestro país tiene malas calificaciones para traducir crecimiento económico en desarrollo. Somos una presunta potencia económica en el Caribe pero estamos cargados de ciudadanos miserables.

La meta alcanzada hasta parecería un contrasentido a los comprobados bajos salarios. Quizá ocurra que ganar el salario mínimo nos convierte en clase media. Si cabalgamos a ese paso, los pedigüeños pronto subirán al status de ricos.

Los números compilados sobre los ingresos populares y expuestos como tope de clases sociales únicamente podrían ser rebatidos con otro estudio opuesto. No hay más ciego que quien no quiere ver. Es posible que aquí estemos nadando en dinero y no lo sepamos o bajo el sol tropical estemos gozando de una rica paradoja.

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