ORLANDO DICE

La confusión con los pactos

SABOTEO.- En la actual situación política dominicana, de empalizadas bajitas, nunca se sabe cuando un partido o sus dirigentes están de un lado o del otro, pues el paso a nivel se hace fácil. Se puede estar aquí o allí, o en ambos lugares al mismo tiempo. La confusión, sin embargo, es mayor. Nadie entiende cómo es que siendo así, los negociadores se denuncien en medio de las conversaciones, como si quisieran por partida múltiple sabotear la transacción. Desde fuera no luce prudente que los peledeístas pongan a los perredeístas en las cuatro esquinas, diciendo que piden más de la cuenta. Como tampoco que los perredeístas respondan que en el negocio dan más de lo que reciben. Con ese tipo de lenguaje, propio de vecinas de barrio malo, no puede esperarse el mejor de los resultados. Si las dos fuerzas son suficientes, si no se necesitan y pueden por sus medios alcanzar objetivos de poder ¿a qué hablar, buscar entendimiento o llegar a acuerdos? Cada cual se va por su lado, a Dios que reparta suerte, y gana sin echar o aguantar vainas...

MUESTRAS.- Los perredeístas y los peledeístas firmaron acuerdo la semana pasada, y no bien se había secado la tinta cuando el secretario general del partido morado ponía los puntos sobre las íes, y dejaba claro, pero muy claro, cuales demarcaciones quedaban fuera del negocio. Todavía peor, el alcalde de Santo Domingo Norte, del PRD, dijo que antes había que matarlo para que no fuera candidato, pero igual para que no ganara. Y es justo preguntarse: ¿Quién querría matarlo, gente del PRD o del PLD? Pero, además: ¿De dónde saca esa seguridad de triunfo? Las encuestas no están a su favor, del mismo modo que tampoco de los aspirantes del PLD. Y ante un voto repartido, se impone un consenso, y ese consenso se hace imposible, pues los perredeístas y los peledeístas de esa zona cavaron trincheras, y la solución será lucha cuerpo a cuerpo y con bayonetas caladas. Con guapos como Francisco Fernández no hay nada que hablar...

RÉPLICA

Apreciado Orlando Gil

Durante varias décadas he sido un asiduo lector de tu columna. Como es normal en ocasiones coincidimos con tus valoraciones en otras no. Reconozco que durante este largo período de tu carrera, te mantienes siendo uno de los periodistas mejor informados sobre lo que acontece a lo interno de los partidos políticos. Destacándose más aun los temas del PRD y su versión renovada el PRM.

Me quiero referir a la alusión que haces sobre la Dirección Política del PRM en Ultramar. Te puedo asegurar que no existen diferencias ni mucho menos problemas que estén afectando el desenvolvimiento de la campaña ni las armoniosas relaciones entre Manuel Durán quien es el presidente de Ultramar y yo quien soy el Secretario General. En mi caso, no pude acudir a la reunión ordinaria de la Comisión Ejecutiva del PRM, celebrada el pasado martes, pues me encuentro organizando el recibimiento que en los próximos días realizará nuestro candidato Luis Abinader a la ciudad de New York, por tanto es entendible y lógico que lo urgente se sobrepone a lo importante.

Para que sirva como aclarando a tu amplia legión de lectores. Manuel y yo somos coordinadores colegiados, en todo el territorio fuera de la República Dominicana. Hemos trabajado juntos desde la campaña del 2012, donde tras el acuerdo suscrito entre los compañeros Hipólito Mejía y Luis Abinader él fue el coordinador y yo el director ejecutivo. Quizás una de las razones, es que no se nos ve juntos asiduamente, sucede que Manuel reside en Miami y yo en Pennsylvania. Pero ambos estamos haciendo todo lo que nos corresponde hacer, para volver a ganar las próximas elecciones en Ultramar y convertir a Luis Abinader en el próximo Presidente de todos los dominicanos.

Concluyo diciendo, que en el PRM en Ultramar, no hay ni habrá problemas más allá de las normales diferencias que existen durante la conformación y estructuración de una estructura de campaña al tratar de elegir entre tantos buenos y experimentados dirigentes que militan en el PRM.

Abrazos,

Margarito Carlos De León

Tags relacionados