PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO
Emprendimiento y desarrollo
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el 2014, publicó el informe “Tendencias mundiales del empleo 2014 ¿Hacia una recuperación sin creación de empleos?”.
En este informe se calcula que en el 2013, el número de personas desempleadas se aproximaba a los 202 millones, aumentando casi 5 millones respecto del año 2012. La OIT explica que de mantenerse esta tendencia, en el año 2018 habrá más de 215 millones de personas desempleadas en el mundo.
El informe de la OIT destaca la especial vulnerabilidad de los jóvenes en este renglón del desarrollo, pues en 2013 alrededor de 74.5 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años de edad estaban desempleados, aumentando la tasa mundial de desempleo juvenil a un 13.1%; resaltando la particular situación de aquellos jóvenes que ni trabajan, ni estudian, ni están recibiendo formación, indicando que en algunos países, alrededor de un 25% de los jóvenes, entre 15 y 29 años de edad, se encuentra en esta situación.
La generación “nini” (ni trabajan, ni estudian), como se denomina a este porcentaje de la juventud, aumenta considerablemente por múltiples factores: falta de acceso al conocimiento que permita a los jóvenes insertarse en el mercado laboral, renuencia de los jóvenes a estudiar o trabajar, la deserción escolar universitaria y la implementación de políticas educativas que permitan que los jóvenes, al concluir el ciclo de educación media, hayan logrado una formación técnica.
Los países donde la población “nini” es considerable son más violentos e inseguros, ya que este grupo poblacional, sin oportunidades de acceso a la formación y al mercado de trabajo, tiende a la marginación, a la discriminación y a la exclusión social, con las consecuencias que implica para la seguridad ciudadana y el desarrollo de las naciones.
Una de las principales políticas que a nivel internacional están siendo implementadas para disminuir el aumento de la población juvenil considerada “nini”, es el impulso del emprendimiento.
Una de las primeras personas en utilizar el vocablo “emprendedor” fue el economista irlandés Richard Cantillon (1680-1734), definiendo a estas personas “como alguien que asume un riesgo”.
El elemento más importante de la actividad emprendedora es su componente creativo y de innovación.
Implica tener sentido de oportunidad, identificar necesidades, tener conciencia de los riesgos asumidos y lograr los objetivos adoptando decisiones certeras.
Para la Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), el emprendedor “busca crear valor, cambiar al mundo y ganar dinero” mediante el desarrollo de un producto “que llene las expectativas del consumidor, tenga un retorno atractivo para él y sus inversionistas, y tenga un modelo de negocio exitoso.” Aunque el emprendimiento no tiene límites de edad, son los jóvenes los que tienen mayores posibilidades de crear nuevas ideas de innovación al observar al mundo y sus necesidades desde una perspectiva nueva y diferente. Pero es necesario fomentar una cultura del emprendimiento que salve los obstáculos para su desarrollo.
ANJE explica que los cuatro principales desafíos para el emprendimiento en nuestro país se presentan en los ámbitos regulatorio, tributario, financiero y educativo, con componentes agregados como la falta de modelos de negocios mejorados y la escasa divulgación de información sobre el tema.
Lograr el emprendimiento en el país, necesita superar varios obstáculos: garantía del derecho a la propiedad, instituciones amigables que entiendan y apoyen el espíritu emprendedor, incentivos tributarios, acceso a capital, infraestructura de formación y capacitación, apoyo y acompañamiento (incubadoras, aceleradoras, parques tecnológicos), acceso a tecnologías modernas y educación.
En la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo con miras al 2030, el emprendimiento es un punto clave para alcanzar las metas de bienestar y progreso del país, mediante el fomento de iniciativas emprendedoras, con un marco institucional que provea financiamiento, capacitación y el fomento del espíritu emprendedor en los programas de educación superior.
Esta visión de la END se hace más relevante con las cifras que presenta el “Mapa de Desarrollo Humano de la República Dominicana”, publicado por la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en junio de 2013.
Este informe estableció que en el 2012 en varias provincias, el 20% de su población mayor de 15 años, no sabía leer ni escribir. Por ejemplo, las provincias de Pedernales (37.66%), Elías Piña (35.8%), Independencia (25.92%), Azua (24.97), Bahoruco (24.92), San Juan (23.64%), Monte Cristi (22.39%), San José de Ocoa (22.04%) y El Seybo (20.36%).
En República Dominicana, la situación de la juventud debe ser cuidadosamente evaluada desde las perspectivas de la educación, la inserción laboral y la desigualdad de género. El fomento del emprendimiento como política de Estado, es uno de los factores decisivos para alcanzar mayores niveles de progreso de la juventud y de la sociedad en su conjunto.
Para el Dr. Babatunde Osotimehin, director ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés), “Los jóvenes deben ser protagonistas de la visión de un desarrollo sostenible después de 2015, con miras a crear el futuro que queremos”.
Para contribuir con esa visión en la que se promuevan las habilidades y capacidad de innovación de los jóvenes que les permitan convertirse en emprendedores, hemos presentado ante el Congreso Nacional un proyecto de ley que tiene por objeto la creación del Fondo para el Desarrollo e Innovación del Emprendimiento (FODINE), iniciativa que permitirá el surgimiento de una cultura empresarial innovadora y que nuevos emprendedores puedan obtener recursos y asesoría para el inicio y acompañamiento de sus proyectos.
Su aprobación es imperativa para los futuros emprendedores. Por nuestra parte, haremos todos los esfuerzos para que se apruebe en la próxima legislatura.