PUNTO DE MIRA

Caretas cubren negocio transporte

La cúpula empresarial gestiona ante el Gobierno la transparencia del negocio del transporte en el que se invierten miles de millones de pesos sin que los usuarios obtengan nada a cambio. Tampoco hay un control o informe de la identidad de los reales beneficiarios. Se está pidiendo que los empresarios del negocio terminen el carnaval y se quiten las caretas. Integrantes del Consejo Nacional de la Empresa Privada, Asociación de Industrias y Confederación Patronal de la República Dominicana, estuvieron en Palacio para notificar al ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, de los puntos de vista de los hombres de negocios. La identidad de los empresarios del transporte es más fácil que la de Superman. Los negociantes del negocio de manejo de carga y pasajeros se enmascaran con nombres de sindicatos para amortiguar el impacto de sus golpes al erario, pero son nombres conocidos. Este negocio oscuro es conocido por todos los políticos. Los que han ejercido la presidencia y los que cada cuatro años la buscan, son cómplices en estas carnestolendas porque se benefician al movilizar adeptos o presionar al gobierno de turno. En la hipocresía de la política local, las “comparsas Los Sindicalistas” usan nombres abigarrados para ocultar un negocio que recibe variadas formas de apoyo estatal e impunidad operativa. El monopolio del transporte, sobre todo de carga, opera como los hampones norteamericanos. Es obligado usar a los de determinada zona. El Estado no precisa dónde terminan los privilegios económicos; nada hay de control de lavado de dinero, pagos de impuestos, volumen de beneficios y el cumplimiento de las normas como empleadores. Estos empresarios se siguen fortaleciendo a la sombra de la complicidad del Estado. Ya algunos se han percatado de que son lo suficientemente inteligentes para ser apéndice de los políticos y ellos se integran a ese oficio. Tienen partidos, pequeños aún, que son dependencias de empresarios del transporte, cuyas razones sociales llevan el nombre de sindicatos. No contentos con los beneficios que reciben por ser operadores de carga y pasajeros, ahora quieren meter el diente al pastel de la Junta Central Electoral. Ellos se dicen, claro está, que si ayudan a los partidos a ganar movilizando gente, igual podrían hacerlo bajo sus propias marcas y ganar dos veces. En febrero hay carnaval y los empresarios quieren que al final todos “sindicalistas” se quiten las caretas. Que no sea otra treta.

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