UN MOMENTO
¡Ay del que saquea!
Un antiguo texto de la Escritura, en el libro de Habacuc, dice así, “Aunque el hombre soberbio saquea riquezas, no triunfará, ensancha las fauces como el infierno, como la muerte insaciable, se apodera de todos los pueblos, se adueña de todas las naciones y de las riquezas”. ¡Ay del que saquea! Porque el que saquea, no triunfará y su destino será siempre la pérdida. Habacuc hablaba en ese momento del Imperio Babilónico. ¿Y dónde está ese imperio? Arrolló naciones, aplastó pueblos, saqueó sus riquezas. ¡Ay de aquel que saquea! Y lo que se dice de un imperio, vale también de una familia y una persona que saquean. ¡Ay del que saquea! Siempre termina mal. Hasta mañana, si Dios, Usted y yo lo queremos.