Otra vez Euclides Gutiérrez

En varias ocasiones, y no porque Euclides Gutiérrez necesite que nadie lo defienda, he salido por estas mismas páginas haciendo pública mi íntima convicción de que como no pueden con él lo acusan de mil y variadas ridiculeces. Como hombre y como político Gutiérrez Félix es de una reciedumbre que lo aleja del servilismo. Sus posiciones son verticales, su voz un grito en defensa de su país, de la soberanía y de la democracia. Por eso Euclides sirve en el gobierno de su partido, en este y en los pasados, con la absoluta certeza de que le sirve a su nación como lo enseñó Juan Bosch, pero de igual forma cuida su PLD, a Leonel y a Danilo. Es una mano amiga, sincera y abierta, y una palabra clara para decirle a sus compañeros que se trama contra su partido, que se quiere sembrar división y convertirlo en otro PRD y eso en este país hay que evitarlo. Ha dicho que “monigotes y soplones” traman en contra, incluso, y es lo más preocupante, dentro del partido como si hiciera falta este mal ingrediente ahí donde un liderazgo brillante con un Presidente exitoso tienen claro el camino y claras las metas. Pero esta vez, Euclides, con su voz, lanza la clarinada necesaria, el llamado presto y útil para que la confusión, las ambiciones y las malquerencias no vayan a provocar lo que buscan desde hace tiempo los enemigos, desplazar al PLD del gobierno para entonces regresarnos al caos, al dime y direte y a las ambiciones desmedidas de quienes ven el país como un botín, su botín. Por eso de nuevo yo clamo desde aquí para que se atienda a Euclides, ese político fundador del PLD, discípulo de Bosch, dominicano sin arrugas, que no descansa porque “la patria es ara, no pedestal”.