¿Trama asesina o boconería?

La rueda de prensa de los periodistas que se sienten amenazados de muerte por sus posiciones de defensa a los haitianos ha concitado tal escarceo, que bien merece investigación minuciosa para determinar si hay reales complots, o son simples expresiones ardorosas, producto eufórico de intolerantes con la opinión ajena. Quien decide asesinar a un periodista, no lo anuncia: planifica en secreto y ejecuta. ¿Cree que el médico de Moca, quien define a estos periodistas como traidores a la Patria y merecedores de la muerte, prepara una trama para matarlos? ¿Cree que Vinicito Castillo, quien diariamente bombardea por televisión a estos comunicadores, está detrás de una conjura asesina? ¿Hay que estigmatizarles por boconear? No creo. Y no favorezco mordazas a ningún sector de opinión pública, ni pongo etiqueta de traidores a estos valiosos periodistas. Esa es una evaluación de la que se encargará la historia. Pero, si de todos modos se entiende que por las opiniones públicas de dos o tres ciudadanos, la vida de estos comunicadores corre peligro, que se les asigne una bien armada y entrenada escolta, con instrucciones de acompañarles a donde se muevan, igual se hizo con Euri Cabral cuando le dispararon los balazos, protección que no sé si aun disfruta. Pero ¡apuesto a que ninguno se va a sentir cómodo cuando llegue a un lugar público seguido por esa parafernalia de seguridad! Por tanto, mejor que se investigue seriamente y, si hay evidencias de auténtica amenaza o trama, que se proceda con rigor ante la justicia. Pero no convirtamos esto en un circo mediático nacional e internacional y en rosario interminable de respaldos oportunistas por parte de entidades variopintas, porque eso puede cambiar el panorama a algo verdaderamente fatal, si acaso alguien del mismo litoral desde donde se bombardea internacionalmente al país, decide aprovechar la circunstancia y concretizar una real trama de asesinato contra alguno de ellos, poniendo más pesada la carga a la nación en los foros mundiales.