Tiempo para el alma

“La misericordia y la fi delidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fi delidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo”.Sal. 84: 11, 12. Hermoso canto del salmista, en una descripción de la alegría y de la felicidad entre el Señor y su pueblo, por encima de las vicisitudes. Si nos vamos a nuestra relación con Dios, nuestra correspondencia a su fi delidad nos da la confi anza en sus bendiciones. La hermosa convergencia entre nuestra acogida a los preceptos del Señor y su mirada misericordiosa sobre sus hijos llenan de esperanza a todos, a Dios y a nosotros, su pueblo, este que conformamos los de cerca y los de lejos, los de cualquier cultura, los que buscamos conocer su Palabra y anhelamos un día ver su rostro y recibir la presea de la vida eterna. Dios es siempre fi el y su amor dura para siempre. Nosotros, humanos mortales, somos infi eles e inconstantes, pero Dios hace fi esta cuando perseveramos, cuando transformamos nuestras debilidades en retos superables, cuando sabemos levantarnos, cuando vamos a su fuente de agua viva.

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