COGIÉNDOLO SUAVE
Gozosas elecciones insalubres
Cuando después de cinco años echando humo por boca y nariz abandoné el vicio del cigarrillo, mi amigo me echó un suave bochecito. --Mario, esa bella canción que interpreta Sarita Montiel contiene una frase verídica que asegura que fumar es un placer genial y sensual. Pocas cosas en la vida superan el placer que proporciona fumarse un cigarrillo después de beberse una tacita de café caliente. De ahí que por una cuestión de simple aritmética existencial, al suprimir un goce, tu vida será menos gozosa. Amantes ambos del ron criollo, fueron muchas las parrandas de las cuales disfrutamos, algunas compartiendo con féminas de las que se dice que viven de los amigos. Pero cuando decidí en el año 1971, poco después de contraer matrimonio, dejar de beber ingresando en Alcohólicos Anónimos, tuve de frente al portador de un moderado regaño. --¿Es que quieres llevar una vida de monje? Sabes por propia experiencia, que el alcohol es un desinhibidor que viabiliza goces infinitos, sobre todo en el área puteril. De ahora en adelante pasaré por la pena de verte en alguna reunión de amigos muy circunspecto, mientras los demás reímos, damos brincos, y hasta largamos malas palabras. Estás recorriendo un camino desabrido, insulso, que ojalá abandones pronto. Aunque mi antiguo tercio bohemio mantuvo durante años una figura esbelta pese a su afición por los placeres gastronómicos, de repente comenzó a engordar, por lo que le recomendé que moderara el uso de la cuchara. --Noooo, fue la palabra que convertida en grito se escapó de su boca, y que dio inicio a una sibarítica exposición. --Mario, parece que ignoras que todo el que nace muere, o quizás crees que serás la excepción, porque comer es bueno, y hacerlo en abundancia es más que bueno; así que deja tu prédica de austeridad en el gozar, porque conmigo eso no funciona. El protagonista de este relato me lleva tres años de edad biológica, lo que significa que anda por los ochenta y dos. Y a pesar de su mucho comer, ingerir alcohol y fumar, el chequeo médico anual que se hace indica que goza de buena salud. Quizá tiene razón al citar con frecuencia la teoría de mi esposa Yvelisse de que con mi obsesión de mantenerme saludable, lo que hago es dejar de vivir tratando de vivir más tiempo. Porque hasta podría ser que mi disoluto amigo dure más tiempo que yo.