ORLANDO DICE

Compromiso de partido

LOS ESCENARIOS.- El presidente Danilo Medina podría conseguir todos los votos del Comité Político y mantener su alto registro en las encuestas, y sin embargo, ambas situaciones no garantizan que la reelección tenga oportunidad. Siempre será posible un acuerdo entre Leonel Fernández y Medina, como lo hubo en la pasada campaña, y el gobierno es la mejor prueba. No solo hubo de ceder la vicepresidencia, sino puestos importantes en el gabinete. Puede decirse que ellos son morados y se entienden, aun cuando se piensa lo contrario: que están de a balazos. Los porcentajes de las encuestas no tienen que caerse estrepitosamente, aunque de seguro bajarán. Las pequeñas tareas de gobierno que por ahora ganan aplausos, tendrán que dejarse de lado para acometer la campaña, pues – sin duda – será un nuevo escenario. No es lo mismo bailar en enramada que en salón, como tampoco gastar en ociosos políticos que financiar productores del campo. El encanto está en brincar charcos y no en sacar las uñas y mostrar codicia política… CONTABILIDAD.- Si Danilo Medina lograra pasar la prueba del Comité Político, la reelección ya no sería cosa suya, sino del PLD. Una situación que se explicaría en la disciplina del partido. Nada es como antes, pero en noches de frío conviene arroparse con la misma sábana, a falta de otra. De ser así, la reelección iniciaría su paso por la Asamblea Revisora con el respaldo de los senadores y diputados oficialistas, sin distinción. De conjunto harían lo que mande el partido. Sumando los 190 diputados con los 32 senadores, se obtiene una matrícula de 222 asambleístas, y aplicando el reglamentario 2/3, se necesitaría un quórum de 148 miembros. El PLD no alcanza ese número, y Danilo Medina menos. Un problema en esencia político se reduce a contabilidad. Puede decirse que hasta de pre primaria: uno, dos, tres…Entonces habría que salir a buscar los votos que faltaran, y no es que sea difícil, pues en la penúltima reforma constitucional, la de Hipólito Mejía, hasta peledeístas se dejaron tentar y completaron la faena… LOS SENADORES.- Si la reelección se lanzara al agua de la Asamblea Revisora sin el traje de baño del PLD, la impudicia lo haría salir avergonzado. Por ejemplo, se dice oficiosamente que de los 32 senadores, 17 responden a las orientaciones de Leonel Fernández y 13 a Danilo Medina. Los dos restantes serían eso: solo dos, nada decisivo, y tampoco digno de misterio. Con Amable Aristy nadie se arriesga, pues tiene molino propio y primero averiguaría el real sentido del viento. Y con Félix Vásquez, depende. Sea lo que decida su partido, el Reformista Social Cristiano, del cual ahora es vocero. Aunque un secreto a voces entre senadores es que siente simpatías por Fernández. Sin embargo, resulta interesante e intrigante que los 13 de Medina, no son 13, sino 8. Hay 5 del estado mayor de Reinaldo Pared, ahora en campaña, que se declaran contrarios a la reelección. En ese pequeño grupo destaca Wilton Guerrero. Aunque habría que preguntarse hasta dónde podrían tener cabeza propia en un asunto tan crucial, para Medina, para el PLD y para el país… LOS DIPUTADOS.- Con los diputados la cosa no pinta mejor. El desglose da grima. Dicen que 48 siguen a Leonel Fernández, que 10 se consideran independientes, que dos mujeres se fueron ( Minou Tavares y Guadalupe Valdez ) y que 6 se declaran – abiertamente -- opuestos a la reelección, incluyendo al saltarín Gustavo Sánchez. En total, 66. Los de Danilo Medina serían 24, un número pírrico, y que se vería todavía más precario si se le agregaran los 13 u 8 senadores. Que los reformistas, que los perredeístas, que los perremeístas, y en bazar abierto nunca se sabe. Los políticos dominicanos – algunos, todos -- no conocen escrúpulos, y viven – siempre -- esperando su oportunidad. Ninguna mejor oportunidad que la reelección, y como todo se olvida: Dale para allá. Ahora, habría que quitarse peluca, pintura de maquillaje, zapatos de punta ancha, y mostrar al payaso en su real naturaleza de simulador. Igualmente dejar tirada en la parte más oscura del circo la consigna que identifica la actual gestión. No podría hablarse de hacer lo que nunca se había hecho, sino todo lo contrario: olvidar conciencia y comprar voluntades…

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