SONDEO
Enigma y error
Mientras Miguel Vargas -sereno y seguro de lo que quiere y hacia donde va- se reafi rma en su proyecto presidencial dentro del PRD, el futuro político de Hipólito Mejía y de Luis Abinader luce incierto, debido a las aspiraciones compartidas de los dos últimos por el PRM. Como no hay a la vista vocación de sacrifi cio ni capacidad de renuncia en ninguna de las partes, cualquiera de ellos que fi nalmente alcance la nominación interna para el 2016 dejaría en el otro un inevitable sabor amargo, por más buenas relaciones que quieran vender. Eso solo podría benefi ciar al ingeniero Vargas y al PRD, en términos de posibles alianzas con grupos o personas que no quieran quedarse fuera del juego electoral (como ocurrió hace unos días con Ismael Reyes y el PDI), pero también al PLD para mantenerse en el poder, en función de las fracturas que exhibe la oposición y la conocida incapacidad de unirse para ofertar al electorado un proyecto fuerte y convincente. Luis, que cayó en la trampa de no desprenderse a tiempo de Hipólito para apuntalarse como aspirante presidencial, aboga por la unidad de toda la oposición en el 2015, partiendo de que “el PRM debe bajar el tono de la confrontación con los antiguos compañeros del PRD, ya que ellos nos necesitan y nosotros a ellos”. Así debía ser, ciertamente. Pero resulta que este jueves Mejía confi rmó lo que, más que misterio, era sospecha de todos: anunció la disposición de buscar de nuevo la Presidencia en el 16. ¿Quién creía que no fuera así? Quizá Luis, que con la esperanza de que “el mango goteara” e Hipólito lo respaldara, tras el anuncio se quedó sin palabras. Cuando Mejía quería sacar a Vargas del PRD (antes de que los papeles se invirtieran y lo sacaran a él), era porque ya quería ser candidato de nuevo y no quería interferencia en el camino. Y si se alojó en el PRM, ya sacado del PRD, fue por lo mismo, porque mantiene vivas sus aspiraciones. Si fi nalmente Mejía y Abinader se miden en unas primarias internas o se “bailotean” por encuestas, ojala se trate de un proceso serio y que el respaldo del que pierda al ganador sea sincero, para que no se repita la historia de cruzarse de brazos o de jugar al fracaso del candidato. A todo esto, creo que Luis, le den paso o no en el PRM, iría a lo seguro y tendría más futuro si fuera como “vice” con Miguel, por el PRD. Lo demás sería perder el tiempo.
