El banco nuestro de cada día

Avatar del Listín Diario
Daris Javier CuevasSanto Domingo

Inicio estableciendo que el epígrafe de esta entrega me la proporciona el libro que lleva ese mismo título de la autoría del economista, banquero y escritor Robert Marcuse que es de los escasos banqueros que tienen interés por escribir y analizar los temas propio de la banca y su impacto en las finanzas y la economía, como magistralmente lo hace en sus libros auspiciados por FELABAN. Esta entidad que agrupa a los banqueros de América Latina, al presentar este texto de manera enfática señala que “ser banquero no es fácil. Para ello se requiere estudios, preparación, experiencia, entrega, prudencia, y por sobre todo, un contacto permanente con la realidad nacional e internacional. Los banqueros no pueden ser autistas ni extraterrestres, porque si se alejan de la realidad y no le toman el pulso a los acontecimientos y tratan de comprender lo que a diario ocurre, lo que hagan quedará mal hecho”. Tal realidad justifica la presencia de la regulación y la instauración de los seguros de los depósitos como mecanismo de mitigar los habituales riesgos morales a que se exponen las entidades y los órganos reguladores. En tal virtud es que cada vez se hace más imprescindible disponer de elemento efectivo para que los depósitos y el sistema financiero no caigan en una situación de riesgos, por tanto, aumenta la reputación de ambos. Ahora bien, un enfoque de la supervisión bancaria estrictamente microprudencial no permite apreciar suficientemente los riesgos macroeconómicos y, en particular, los riesgos inherentes a la evolución del ciclo económico. Esto así, ya que cuando la economía se encuentra en el nivel más alto del ciclo los indicadores convencionales utilizados para medir el riesgo de crédito tienden a reflejar la presencia de niveles de riesgo muy bajos, sin embargo, es en ese momento cuando el riesgo de crédito es más alto, dado que los niveles de actividad económica empezaran a contraerse. La incomprensión de tal realidad es lo que provoca valoraciones absurda e inverosímil cuando se produce la quiebra de una entidad. La quiebra de un banco tiene razones multifactoriales que la explican, pero fundamentalmente estas pueden ser interna y externa. Pero resulta que cuando un banco quiebra y el resto del sistema se mantiene estable, necesariamente hay que identificar la causa de la quiebra a lo interno de la entidad bancaria, esto así, ya que una mala gestión de la alta gerencia es lo que conduce de manera directa a que haya un colapso, al respecto Marcuse sostiene que “por más que se busquen responsables a lo interno, y por más que se encuentren fallas humanas o de organización, la culpa real recae sobre el gerente general, ya que este es quien responde por sus colaboradores y por todas las fallas que ocurren”. Por igual, si la quiebra de una o varias entidades ocurre por las mismas causales y afecta el sistema bancario con un impacto en la economía, las causas de la quiebra esta explica por el comportamiento de la economía la cual está afectando de manera negativa la gestión de los bancos cuya expresión inmediata es la contracción del crédito, incremento de la inflación, devaluación de la moneda local y desaceleración de la economía o alteración de un producto de alta incidencia en la economía como es el caso del petróleo, cuyas consecuencias son nefastas sobre el sistema bancario. Es que la banca resiste situaciones de inflación e hiperinflación, pero cuando se trata de recesión la impotencia para enfrentarla derrumba el sistema en un cerrar de ojo, el mejor ejemplo es el colapso bancario en USA de Bear Stearns, Merrill Lynch, Lehman Brothers, Washington Mutua, JPMorgan Chase, Wachovia, etc. La quiebra de estas entidades, en particular Lehman Brothers, causó graves trastornos y grandes daños al sistema financiero mundial cuyas consecuencias aun están presentes. Ya antes en la Rep. Dom. ocurrió una situación similar que afectó el sistema bancario local y provocó tomar múltiples medida de seguridad del sistema que se ha expresado en un saludable desempeño del mismo y una estabilidad económica y financiera apreciable. Pero es que en materia de negocio bancario siempre el regulador debe estar en alerta, pues el caso del Banco de Ahorro y Crédito Peravia es un ejemplo a considerar ya que dicha entidad no daba señales de problemas, pues desde el 2011 presentaba índice de solvencia de un 13.8%, el consejo de administración aprobó incrementar su capital suscrito y pagado en RD$10,000,000.00 aportados por los señores Santoro-Jiménez Aray en agosto del 2014, pero en septiembre se le había aprobado la venta de acciones de un 15.43%, situaciones precedidas de un aumento en el capital de RD$400 millones en junio del mismo año. Esto significa que para la autoridad monetaria y financiera esta entidad no presentaba problemas. A mi modo de ver las cosas, el esquema gerencial Santoro-Jiménez burló la buena fe de las autoridades realizando operaciones no autorizadas, presentando informaciones asimétricas y captaciones a través de instrumentos no autorizados, fruto de que ambos no eran profesionales de la banca sin experiencias en el sector, y ese es el banco nuestro de cada día al siempre habrá que enfrentarse. El autor es economista

Tags relacionados