EN PLURAL

Leyendo a Pablo Iglesias

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Yvelisse Prats Ramírez De PérezSanto Domingo

Los problemas de este país son tantos, tan premiosos, y han calado hasta tal punto el cortoplacismo y la entropía, que fenómenos sociales, económicos y políticos trascendentes que están sucediendo en otras naciones pasan, inadvertidos o poco apreciados en sus dimensiones actuales y prospectivas. La aparición y el crecimiento meteórico del Movimiento “PODEMOS” en España, es un suceso, más bien un proceso, que vale la pena seguir, y analizar. Sobre todo, su carácter masivo, y el cierto abigarramiento híbrido en sus planteamientos, que lo diferencian de la vieja ortodoxa de las definiciones dogmáticas. Precisamente por ese singular “coctel” de concepciones que corresponde a la mezcla de los distintos sectores que lo integran, PODEMOS tangencia con los populismos, los antiguos y los actuales, que en América Latina hemos ensayado, no todos con malos resultados. PODEMOS, se nucleó, primero alrededor de un hombre. Su nombre se remonta a la fundacional época del Socialismo español: Pablo Iglesias, como aquel otro, soñador y combativo que permanece vivo en la Fundación Educativo-política que lleva su nombre. Este, el de ahora, es profesor y comunicador, especialista en teoría política, con varias borlas de grados y posgrados en su birrete académico. Un día Pablo Iglesias decide cómo nos ha sucedido a otros, que la teoría solamente se valida con la ACCI”N. A partir de esa convicción acertada, Pablo Iglesias HACE política, es político, partiendo con fiera fidelidad de sus convicciones, y sumando a ellas las experiencias obtenidas. PODEMOS nació, irrumpiendo con osado desplante en la congelada tipología partidista española. Produjo en el 2013, primero escepticismo displicente, ya luego un oleaje impetuoso, que sacudió a Rajoy y su PP, al PSOE, y a una izquierda radical, también añeja. Pronto, PODEMOS se sitúa en los primeros lugares de preferencia ciudadana. La explicación oficial, bastante “light” que ofrece al fenómeno el PP presenta a PODEMOS como RESULTADO TEMPORAL de la crisis, que se irá destiñendo en la medida que los programas de ajuste pro cíclicos del gobierno triunfen. Otros partidos del sistema también minimizan a PODEMOS, mientras disputan unos contra otros, y se debilitan. La corrupción, que topó ya hasta la Casa Real Española, ha profundizado el descontento general. En ese caldo de cultivo, PODEMOS sigue avanzando, la situación imperante es detonante, pero también para mirar en lo hondo, había mucha pólvora acumulada en el sótano de la historia de España y del mundo “globalizado”. Pese a sus huecos y titubeos ideológicos, PODEMOS expresa el destape de los ciudadanos que quieren, como el título del libro de la autoría de Pablo Iglesias, “disputar la democracia”. Precisamente estoy leyendo ese libro, que me obsequió el amigo Fausto Herrera Catalino. Me fascinó el prólogo escrito por Alexis Tsipras, fechado en 2014, en Atenas, que presenta en apenas 3 páginas, con palabras de colores intensos, el contenido todo de la obra. En las frases finales de ese prólogo, se reitera una utopía, concreta y confiada: “Somos muchos, cada día somos más. La historia está aquí, nos espera”. Los capítulos se van anudando, a partir de esa frase que epiloga la obra que se empezó a escribir en 2013, cuando PODEMOS era solo una hipótesis, y se concluyó a lo largo de la trayectoria increíble del Movimiento. Los nombres que asigna el autor a esos capítulos resultan audaces, hermosos y originales, reflejos de un viaje político alucinante, que empezó con el protagonismo mediático de Pablo Iglesias, se fue convirtiendo en una respetable fuerza popular que obtuvo 1.2 millones de votos en las elecciones europeas, y que las encuestas sitúan entre las tres más importantes de España. Pasando por títulos estimulantes como “El pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad, “El futuro tiene un corazón antiguo”, “La economía ES política” y “Ganar las elecciones no es ganar el poder”, este libro que acabaré de leer el fin de semana, me ha atrapado. Distinguiré después, cuando la criticidad se imponga al embrujo y desagregue la prosa atractiva de la “real politik”, los peros en cuanto a su bruma ideológica, que podría convertir a PODEMOS en un partido “atrápalo todo”. Mientras, leo un libro estupendo, disfruto de propósitos nobles, de compartirlos en batallas con colectivas presencias. Que Podemos llegue a ser más que este gozo, el lector depende a mi juicio de que fortalezca una postura ideológica que lo invista como alternativa de izquierda frente a los excesos neoliberales. Eso sí; con Pablo Iglesias y PODEMOS hemos recuperado por lo menos lingüísticamente, la sinonimia perdida entre democracia y poder del pueblo.

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