Los huertos

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Margarita Cedeño De FernándezSanto Domingo

El mundo enfrenta el reto de alimentar a toda su población. Desde factores geopolíticos hasta el cambio climático, existen distintas causas que pesan sobre la capacidad de los seres humanos de producir suficiente alimento para satisfacer la demanda mundial. Y una vez producido, también hay factores que inciden en la distribución efectiva del alimento, de manera que pueda llegar a tiempo a los mercados de mayoristas y minoristas. Justo esta semana, The New York Times, reproducido por Listín Diario, reportaba lo sucedido en el estado de Dakota del Norte en Estados Unidos, un estado que tradicionalmente ha sido un gran productor de trigo, maíz y soya. Recientemente, se ha producido un cambio en la matriz de producción de dicho estado, dedicándose a la producción de petróleo y gas natural. Estos combustibles son trasladados a las refinerías mediante el sistema de transporte ferroviario utilizado para transportar los cereales a las grandes industrias de alimentos. Esto ha causado un retraso que amenaza la producción de este año, lo que causará pérdidas de alrededor de 150 millones de dólares. En consecuencia, se prevé un aumento en el precio de estos cereales, lo que a su vez encarece los productos a nivel mundial. Situaciones como esta, propias del capitalismo de casino que nos llevó a la crisis financiera internacional, impiden que erradiquemos el hambre en las 847 millones de personas que están en esa situación, de acuerdo a la FAO. Como parte de la respuesta a esta situación, la FAO ha propuesto la promoción del cultivo en las ciudades y sus alrededores, con el objetivo de incrementar el suministro de productos frescos y nutritivos y mejorar el acceso económico de los grupos urbanos pobres a los alimentos. Esta iniciativa apunta a que las familias y comunidades dispongan de suficiente cantidad de alimentos variados durante todo el año, los cuales también aportan a una alimentación más saludable y nutritiva. De igual manera, esta estrategia permite a las familias de escasos recursos generar ingresos que alivien su situación socioeconómica. Este enfoque se sustenta en el hecho de que las familias vulnerables consumen el 80% de sus ingresos en alimentos, de acuerdo a la FAO, lo que, en consecuencia, los hacen muy vulnerables a la variación en el precio de los alimentos. Asimismo, también de acuerdo a la FAO, “la fruta y las hortalizas son las fuentes naturales que tienen mayor abundancia de micronutrientes, pero en los países en desarrollo, el consumo diario de fruta y hortalizas es apenas del 20% al 50% de lo recomendado por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS).” Para todas las clases sociales, los huertos constituyen una actividad recreativa que les permite aportar a la protección del medio ambiente y a la disminución de los factores de vulnerabilidad de las comunidades, mientras se nutre a la familia con alimentos que son más saludables. En la actualidad, desde la Vicepresidencia de la República, estamos promoviendo los huertos en distintas modalidades: huertos escolares, familiares, comunitarios y urbanos. Aspiramos a crear 200 mil huertos de este tipo, para beneficiar a las más de 800 mil familias que participan de las intervenciones socioeducativas de Progresando con Solidaridad. La perspectiva planteada por distintos organismos en cuanto al crecimiento demográfico de los próximos 10 años en países en vías de desarrollo, nos obliga a pensar en cómo nos vamos a alimentar en un futuro próximo. Sea cual fuere el tipo de tecnología, el nivel de consumo o desperdicio, el nivel de pobreza o desigualdad, cuantas más personas haya, mayores serán los efectos en el medio ambiente y, a su vez, en la producción de alimentos. José Graziano Da Silva, director general de la FAO, plantea la importancia y relevancia de los huertos para el futuro y sostenibilidad del mundo: “Los huertos producen mucho más que unos simples alimentos. Promueven inclusión, enseñan sostenibilidad, y ofrecen un espacio donde los jóvenes de hoy en día pueden reunirse, aprender, compartir y conseguir capital social”. Sin asegurar la alimentación efectiva de nuestras poblaciones no podemos plantearnos ningún proyecto de desarrollo a largo plazo. En nuestro país erradicar el hambre debe ser objetivo primordial para los próximos diez años. Esa es la razón por la cual hemos implementado nuestra “Estrategia Hambre Cero”.

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