Fusión BHD-León

La negociación que culminará con la fusión de los bancos BHD y León, se ha realizado con transparencia. Lo demuestra que, desde el primer momento, ha estado a disposición pública toda información sobre el progreso de la transacción. En consecuencia, resulta insólito que se pretenda montar una campaña de crítica a estas entidades porque deberán hacer una reingeniería de sus nóminas; crítica que no tiene sustento lógico porque en todo el mundo, cuando dos empresas del mismo género se fusionan, se reduce personal y oficinas para lo que se destina una importante suma que es parte del costo de la operación, con la que se pagarán las prestaciones laborales. Cuando se fusionan dos líneas aéreas, por ejemplo, se eliminan vuelos, counters y personal, dependiendo de lo que indiquen las necesidades de los mercados a servir, según los estudios. Por demás, esparcir la sospecha de que la fusión bancaria no fue tal, sino una adquisición del León por parte del BHD, es desconocer la prudencia y claridad con que siempre se han manejado estas instituciones, según lo confirman las autoridades monetarias y financieras del país y del exterior. Y lo que es peor: sugerir que el BHD compró al León porque este último estaba en difícil situación económica, es tarea perniciosa ad hoc. Tras la venta de la mayoría de acciones de la Cervecería Nacional Dominicana, resulta absurdo y necio sospechar que el grupo León pueda estar en dificultades económicas. Más credibilidad tendría la conjetura de que el grupo León pretendería, a largo plazo, ser dueño de la mayoría de acciones del grupo BHD, como de hecho manifestó su deseo de adquirir más acciones en esta operación inicial. Dinero no les falta. Conociendo a los principales directivos de ambas empresas, seguro que harán malabares para que la reducción de personal afecte a la menor cantidad posible de personas. Pero pretender que ambas nóminas se mantengan igual, es un desconocimiento garrafal de lo que significa una fusión empresarial para optimizar inversiones.