PANCARTA
Dos años de un gobierno devoto de la impunidad
Mañana 16 de julio, el gobierno de Danilo Medina cumple 23 meses (dos años), de mandato. No hay telescopio o “GPS” que facilite divisar una orientación para castigar la impunidad. Ese comportamiento pretendió justificarlo metafóricamente el presidente Medina aconsejando no tirar ladrillos hacia atrás. La prédica presidencial ha provocado que muchos ciudadanos digan que estamos ante un gobierno devoto de la impunidad. Luce una devoción de convento. Los devotos, incluido el Presidente, aparentan no tener intenciones de tocar a los corruptos ni con el pétalo de una rosa, sean de viejos gobiernos o del presente. Este gobierno es calificado como lo máximo en impunidad en la historia dominicana. Mínimo desde el 30 de mayo de 1961, ningún gobierno iguala al presente en materia de impunidad. Esa es una materia de inmoralidad que debe incluirse en el currículum escolar. ¿O no? Estamos en medio del día del Maestro y del día del Padre. Los maestros de todas las escuelas deben enseñar a sus alumnos que lo ajeno no se toca. Eso fue lo mejor de la educación que recibimos a nivel primario, secundario y universitario. El legado moral es lo de más relieve en Ercilia Pepín, Aurora Tavárez Beliard y de centenares de figuras emblemáticas de la educación. “La impunidad constituye una infracción de las obligaciones que tienen los Estados de investigar las violaciones, adoptar medidas apropiadas respecto de sus autores, especialmente en la esfera de la justicia, para que las personas sospechosas de responsabilidad penal sean procesadas, juzgadas y condenadas a penas apropiadas”. La cita es parte del “Conjunto de principios actualizado para la protección y la promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad” . Resulta insuficiente afirmar que este gobierno es lo máximo en impunidad. Es más grave aún. La OTAN morada con su jefe siguen blindados porque el actual gobierno le suministra lubricante y le da mantenimiento. Es una recompensa que también mantiene en la impunidad el famoso déficit fiscal preelectoral. Los funcionarios dicen que “a lo que nada cuesta se le hace fiesta”. Por esa luz verde actual es que sigue la corrupción. Para el auge de la bellaquería basta que los hombres creídos serios sean “indiferentes”.