UN MOMENTO
Ricos y riquezas (VI)
San Pablo le pide a Timoteo que en sus enseñanzas y en su predicación diga lo siguiente: “A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean altaneros”. Algo que duele mucho en una persona, es cuando siente el peso de la altanería de alguien que quiere aplastarlo con sus hechos o con sus palabras. Permítanme recordar estos sinónimos de altaneros, y ello nos ayuda a comprender cuánto daño hace la altanería; la altanería lleva en sí la idea de soberbia, altivez, orgullo, engreimiento, arrogancia, presunción, envanecimiento, petulancia, vanidad. La altivez, la altanería, es lo contrario de la humildad, de la modestia, de la sencillez. Cuando un rico se llena de estos antivalores, de lo que es la altanería, cuánto daño hace y qué imagen proyecta. Pero también hay que decir a los pobres de este mundo: cuando se hagan ricos, cuídense de la altanería, porque muchos pobres fácilmente al adquirir riquezas, también piensan que la altanería acompaña a la riqueza, y no es así. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.