Orígenes del liderazgo de Leonel y Danilo
(2 de 2)
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en esos comicios apenas alcanzó a obtener unos escuálidos 18 mil y tantos votos equivalentes al 1.8 por ciento del total de sufragios que se repartieron los dos que eran entonces grandes partidos del sistema: el PRD y el Partido Reformista que no pudo esta vez permanecer gobernando con su líder Joaquín Balaguer. Balaguer, por cierto, es el único líder indiscutible que aparenta solo tendrá para siempre esa organización que cuando retornó con él al Gobierno en 1986 sumó al que fuera otrora un prometedor grupo político llamado Partido Revolucionario Social Cristiano y adquirió sus siglas de PRSC para un nuevo bautismo. En 1978 el caso era que el Nuevo Partido fundado por Juan Bosch -a pesar de lo que aparentaba en 1978 como una derrota electoral de la que no saldría jamás frente a fuerzas blancas y coloradas tan poderosas- en sus primeros cinco años había creado sus primeros círculos de estudios y comités de base, a la vez que desarrolló hábitos y métodos de trabajo sistemáticos, y constituyó una estructura básica de información y propaganda en todo el territorio dominicano. En otras palabras, el PLD ya había formado su zapata o las estructuras básicas operativas, y su participación en las elecciones de 1978 fue su primera gran prueba política. Con su líder, Juan Bosch, quien se forjó durante el exilio antitrujillista en el horno de la política de América, el proceso futuro del PLD estaría signado por el crecimiento y las crisis que acompañan a las personas y las sociedades cuando en su desarrollo pasan por diversas etapas de vida. Y así hubo de advenir en 1978 la primera o quizás la crisis más grande que ha tenido el Partido morado de la estrella amarilla. Renunciaron al PLD figuras del nivel de su secretario general, Antonio Abréu. También salieron otros fundadores provenientes del PRD: Franklyn Almeyda y Euclides Gutiérrez Félix, Bienvenido Mejía y Mejía y Julio Ibarra Ríos, y luego en 1980 se produjo el alejamiento de Milagros Ortiz Bosch. Entonces fueron muchos los que dijeron que el PLD era un grupito natimuerto porque estas y otras renuncias dejaban a Bosch sin un verdadero Estado Mayor. Las casandras fueron incapaces de ver los procesos políticos partidarios más allá de los conflictos pasajeros. En realidad los que bajaron de rango quedaron rezagados cuando retornaron años después al PLD, y la verdad histórica es que la gran crisis del PLD de 1978 había de producir la mutación genético organizativa que creó las condiciones para que 18 años después la nueva generación peledeísta por primera vez gobernara en República Dominicana. Aquel acontecimiento peledeísta ocurrido hace 35 años explica, además, los orígenes del liderazgo actual del PLD, o la coyuntura que les permitió emerger como delfines un tiempo después a Leonel Fernández y Danilo Medina.