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FUERA DE CÁMARA

El acuerdo del desacuerdo

No tiene sentido lógico la versión de que Danilo y Leonel se pusieron de acuerdo para alternarse la candidatura presidencial del PLD en las elecciones del dieciséis y el veinte. Semejante absurdo constituye una forma miserable de perder el tiempo subestimando la inteligencia de dos figuras que han sobresalido entre sus iguales precisamente por su habilidad para convertirse en los líderes más importantes del país en este momento. Uno porque ha gobernado por tres períodos sin haber cumplido aún los 60 años de edad, y el otro porque su discreción y talento lo colocaron en la heredad del poder y dieciséis meses después mantiene elevadísimas cotas de popularidad. Un acuerdo entre ellos para sucederse repetidamente no tiene ningún sentido... En política los acontecimientos no se producen matemáticamente, además de que semejantes ataduras son contraproducentes, restan más que suman. Todo ello fuera de la distancia política que definitivamente separa a Danilo y a Leonel. Ya antes se dijo lo mismo, después de las elecciones del 2004, cuando la lógica indicaba que Leonel apoyaría la candidatura de Danilo en 2008. La reelección, sin embargo, los separó hasta el 2012 cuando volvieron a juntarse para hacer posible que el PLD retuviera el poder. La misma historia...Cuando Balaguer ganó las elecciones de 1966, los seguidores de Francisco Augusto Lora en el Partido Reformista pusieron a correr la versión de que existía un compromiso de apoyar su candidatura cuatro años más tarde. Lora era vicepresidente. Balaguer, sin embargo, se reeligió en el 70 y en el 74 y lo intentó en el 78. Lora tuvo que irse del reformismo para ser candidato por el MIDA, un partido que formó. Se dijo lo mismo a partir de 1978, con Antonio Guzmán en el poder. Jacobo Majluta era vicepresidente, pero jamás recibió el apoyo supuestamente prometido y Jorge Blanco le ganó la convención y luego fue Presidente. Los presidentes no comprometen su futuro ni el futuro de su partido. No tienen necesidad de hacerlo porque las circunstancias son cambiantes, lo mismo que su actitud y temperamento... Pero más que esas circunstancias coyunturales prevalecen los celos de liderazgo, un componente humano que gravita a veces de forma decisiva en la sucesión presidencial. La experiencia enseña que hasta las grandes alianzas multipartidarias tienden a fracasar cuando está en juego la sucesión del poder o la candidatura presidencial. Ese fenómeno se repite desde que existe registro del partidismo político. Soplan otros vientosEn el PLD soplan vientos de cambio. El liderazgo de Leonel no está en juego, pero sí la candidatura a la que aspira. Danilo no tiene ninguna razón para comprometer su apoyo interno sin tener idea de cómo terminará su gobierno ni del avance que puedan lograr las demás precandidaturas. Lo que se dice a lo interno del PLD es que Francisco Javier García ha avanzado mucho a costa de Leonel, y que a pesar de que ha partido con mucha timidez, Reinaldo Pared también ha comenzado a mellar las fuerzas leonelistas. De todas formas es muy prematuro aún para proyectar la competencia que se produce calladamente en las fuerzas del oficialismo. Los cuatro precandidatos que han salido al ruedo, incluyendo a Francisco Domínguez Brito, consultaron su decisión con Danilo Medina. Y a todos los estimuló a lanzarse... ¡...Lo que no se sabe es de dónde!

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