DE VARIADOS TEMAS
El vendedor de la Duarte con París
Salía de casa, cuando le vi acercarse preguntando si conocía la ubicación de cierto consultorio médico. Respondí que no, pero que por allí hay decenas de ellos. Se quedó turbado y traté de ayudarle consultando a vecinos. El hombre resultó ser buhonero, vendedor de la París con Duarte, por lo que aproveché para preguntarle sobre el intento de desalojo que se había producido en días pasados. Eso fue como chispa de bujía. El hombre se desbordó con una perorata continua, en más o menos estos términos: “Mire, eso no obedeció a un propósito de desarrabalizar la zona, sino a un esfuerzo bien pagado por comerciantes chinos, de los poderosos. Aquí se habla a diario de la invasión haitiana, pero nadie ha hecho una medición de la gran invasión china que tenemos. Esa zona está llena de chinos ilegales que no sé cómo llegan y son protegidos por sus iguales. Los comerciantes chinos se han adueñado de casi todos los locales por ahí, ¿sabe por qué?, porque pagan el triple de lo que vale el alquiler. Lo pueden hacer, porque la mayoría de ellos no paga impuestos y venden muchas cosas contrabandeadas. Para colmo, tampoco son buenos para proteger los derechos de los empleados, a quienes tratan como animales. Sin embargo, ¿ha visto usted alguna redada para atrapar chinos ilegales? No, solo hacen redadas buscando haitianos. El único que se atrevió a amarrarlos y deportarlos, fue Balaguer. Esa gente no invierte en nada que no sea la compra de su mercancía. Todos los beneficios, o los juegan en un casino, o los envían a bancos del extranjero. Digo, no estoy hablando de los infelicitos cantoneses que montan picapollo y restaurancitos baratos por toda la ciudad, sino de comerciantes de billete fuerte. ¡Esos son los que están unidos para sacarnos!”. Me dejó pensativo, porque en verdad nadie se ocupa de investigar ese mundo tan particular y hermético que es la colonia china, donde hay tantos ejemplares dignos pero que, según el comerciante, también tienen sus “gorgojos”.