Tiempo para el alma

“Sobre toda cosa sagrada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. Pr. 4: 23. No es que no tengas tentaciones, es que las sepas resistir. No es que no te enojes, es que no maltrates a los demás. No es que no aprecies la belleza, es que no seas lujurioso. No es que no evites a los demás, es que no aceptes malas influencias. No es que no te tambalees alguna vez, es que fortalezcas tu fe. No es que seas perfecto, es que busques la integridad. No es que te olvides de tus tareas, es que saques tiempo para la oración. No es que niegues tu pasado, es que asumas la nueva persona que eres. Nutre tu corazón cada día con la nueva vida que Dios te ha dado.

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