EN LA RUTA

¡14 años y lo mismo!

Hace 14 años entrevisté para mi programa de televisión al extinto presidente Venezolano Carlos Andrés Pérez. Luego de pasar revista al momento político de su nación y aprovechando su condición de amigo y conocedor del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), le pregunté sobre esa organización, que como hoy, hervía en una crisis interna. Lo paradójico es que las respuestas del extinto mandatario, ex líder de la Internacional Socialista y amigo entrañable de José Francisco Peña Gómez pueden ser perfectamente adaptables al momento actual. Cortas reflexiones que bajo el título de “Duvernay pregunta a Carlos Andrés Pérez sobre el PRD”, (http://bit.ly/16KiTap) pueden ser observadas a través de You Tube en la Internet. “Si los actuales líderes del PRD se despedazan en una lucha solo por ser presidentes, irán al desastre”, me dijo Pérez entre otras cosas en 1999. Resulta penoso ver como gente que se supone inteligente no pueda encontrar una vía de avenencia para sus conflictos y que desde hace 14 años siga reeditando los mismos traumas y reprobando en las mismas materias políticas, cada vez con peores calificaciones. Nacido en 1939 en Cuba e instalado en el país en 1961, PRD ha sido la más antigua escuela política del escenario nacional y de la mano de Juan Bosch y Peña Gómez, ha escrito páginas doradas en todo lo que significa nuestra democracia. No así su alta dirigencia, su base es comprometida, noble y militante. Sin embargo, las turbulencias, las cizañas, los pleitos y la falta de entendimiento, han sido las enfermedades comunes en ese cuerpo partidario. Pese a ser el mas antiguo del sistema, el PRD ha sido el que menos ha gobernado (solo siete meses y tres períodos). La última vez lo tuvo todo pero lo perdió todo...y no ha podido recuperar nada. Hoy, en medio de inacabables líos que van desde lo sublime a lo ridículo, la entidad se consume en esterilidades. Navegando entre acusaciones, contraacusaciones, trampas y desconocimientos, ya hartan al país que temeroso de que ese desorden pudiera verificarse en el Poder, los descalifica para gobernar. A veces la iglesia no se llena por amor a Dios sino por temor al diablo...

Tags relacionados