FUERA DE CÁMARA

¡...Buscando a Rosalina!

Escribo pocos minutos después de la 1:00 de la tarde de este jueves 25, más de 17 horas después del accidente ferroviario de Santiago de Compostela, que hasta este momento ha causado la muerte a 80 personas y heridas a 168, un suceso que ha conmocionado a España. Desde entonces buscamos a Rosalina Ynoa González, una funcionaria dominicana de alto nivel técnico que había llegado a Madrid el lunes para participar en una reunión de la Segid preparatoria de la próxima cumbre de Presidentes Iberoamericanos a celebrarse en Panamá en octubre. Han sido muchas horas de angustia, de búsqueda infructuosa, de ansiedad sin límites... Porque sólo sabemos que Rosalina abordó la tarde del miércoles el tren que la conduciría a Santiago de Compostela a visitar a una hermana y a sus sobrinos que residen allí. Su visita coincidía con la celebración de las Fiestas de Santiago Apóstol que cada año congrega a miles de peregrinos que llegan por diversas vías a la Catedral de nombre homónimo, tomando muchos de ellos algunas de las rutas del Camino de Santiago. Días de caminatas que a veces parecen no terminar nunca. Rosalina participó el martes 23 en las largas jornadas de trabajo que orientó la Segib durante dos días entre todos los coordinadores de los programas de Cooperación de los países de la región. La delegación dominicana la encabeza Inocencio García Javier, viceministro de Economía, Planificación y Desarrollo. Es una de las funcionarias de mayor nivel técnico de ese ministerio, y es la directora ejecutiva de la Unidad de Análisis y Coordinación de la Cooperación Internacional. Entusiasmo, capacidad técnicaRosalina es una mujer de entusiasmo desbordante. Los compañeros de la Embajada la recibieron al mediodía del lunes en el aeropuerto de Barajas al llegar de Santo Domingo, y de inmediato se integró a las tareas del seminario sobre cooperación que inició el día después. Hablaba de su hermana que reside en las cercanías de Santiago de Compostela, de sus sobrinos, y de la sorpresa que les daría con su visita en la noche del pasado miércoles. Temprano ese día se despidió de sus compañeros y a eso de las 3:00 de la tarde se fue a la estación de Atocha, en el centro de Madrid, para abordar el tren que la conduciría al encuentro con su hermana y sobrinos, a quienes no veía desde hacía años. Sus sobrinos la esperaban en la estación de Santiago cuando comenzó a circular el rumor de un accidente ferroviario fatal. El cónsul honorario de la República Dominicana en la comunidad de Galicia, don Vicente Pérez, participaba en ese momento en la festividad del Apóstol Santiago que culminaba con un concierto de gala en el Hostal de Los Reyes Católicos. El concierto se iniciaba cuando llegaron los primeros rumores que hablaban de “un atentado terrorista” donde cuatro personas habían muerto... Luego la cifra de muertos fue subiendo hasta que el concierto quedó suspendido y se supo del descarrilamiento del tren. Búsqueda infructuosaEl cónsul don Emilio fue informado por un sobrino de Rosalina sobre su desaparición. Sólo se sabía que ella había abordado en Madrid y que no había llegado a su destino. No figuraba entre los 168 heridos, y la lista oficial de víctimas fatales no se conocía hasta el momento de escribir esta columna. Las autoridades españolas manejan la información sobre los nombres de los muertos con mucha discreción debido a la confusión reinante. El viceministro Inocencio García Javier, el cónsul en Madrid, Frank Bencosme, yo en mi condición de embajador, y todo el personal diplomático dominicano, trabajamos desde la madrugada de ayer buscando a Rosalina. En este momento me encuentro en Santiago de Compostela al frente de la comisión oficial dominicana que recorre hospitales y sanatorios y los depósitos de cadáveres. Las escenas son dantescas. Seguiremos buscando hasta hallar a Rosalina... ¡Rogamos a Dios encontrarla viva!

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