PENSANDO
“Enfrentar el déficit”
Cuando echamos gasolina, compramos los alimentos de primera necesidad, nos aumentan las tarifas escolares, la medicina se hace incosteable y sufrimos la inseguridad ciudadana; estamos enfrentando el maldito déficit fiscal. Es triste observar que los causantes del desfalco al Estado viven impunes, y denunciarlos es una manera de enfrentar esa realidad provocada por ciertos políticos aupados en la complicidad de este sistema de partidos, que no da la garantía que espera la gran mayoría de una clase media sacrificada en la búsqueda de la llamada estabilidad macroeconómica. El pueblo tiene la aspiración de transparentar las inversiones que de manera infructuosa y delincuencial provocaron esta desgracia. La voluntad política de un hombre no comprometido con estos hechos es precisamente la esperanza que abrigamos todos para ver en el futuro un mejor porvenir para la familia; ese porvenir moral donde el respeto al patrimonio de todos sea el camino a la prosperidad. Exigir al sistema judicial la construcción de una conducta ciudadana honesta es también responsabilidad de la voluntad política que debe asumir su depuración, ya que aceptar un sistema judicial al servicio de los intereses políticos de un sector, es el máximo atentado que se le ha propinado a nuestra joven y luchada democracia. Estamos en una transición donde “solo corrigiendo valientemente lo que está mal”, podremos encontrar gobernabilidad en un nuevo período gubernamental. No hay más espacio para el engaño, ni para la simulación; es momento de dar la cara y no traspasar la carga tributaria, como siempre, a una clase media obligada a sustentar el desfalco. Nada, absolutamente nada, de lo que nos llega a través de políticos, instituciones y grupos mediáticos, hasta este momento nos ha merecido crédito. A estas alturas, la única actitud sensata es la desconfianza, y la única arma a nuestro alcance, la denuncia. Pero, a pesar de todo, nunca hay que perder el optimismo, porque por fortuna, aún quedan millones de personas de buen corazón, idealistas, que luchan cada día por un mundo mejor, o soñadores en todos los ámbitos de la vida.