MUCHACHOS CON DON BOSCO
Jornada Mundial de la Juventud
Hay acontecimientos que por la importancia y el significado que tienen es bueno resaltar, pues las buenas noticias van creando una cultura de lo positivo que es muy provechosa para nuestra sociedad. Ayer, 23 de julio, comenzó en Río de Janeiro la Jornada Mundial de la Juventud. Más de dos millones de jóvenes de todo el mundo se reúnen en Brasil con el Papa Francisco para realizar una serie de actos desde una perspectiva religiosa. Todos estos jóvenes no han ido a Brasil como turistas, sino como peregrinos que buscan un emocionante encuentro con Cristo Resucitado, reflejado en la impresionante estatua del Cristo de los brazos abiertos del Corcovado; lo hacen unidos al gran peregrino, el Papa Francisco, quien realiza como Papa su primer viaje fuera de Italia. Esto nos recuerda cómo todo ser humano en esta tierra somos peregrinos. Los jóvenes, con este acontecimiento, nos están dando una gran lección. Estamos viviendo un tiempo de cambio de época y nuestra juventud a nivel mundial está asumiendo una voz de profetismo cristiano, manifestándonos el estilo de una nueva ciudadanía, pues si todos somos peregrinos, hemos de ser protagonistas de un mundo nuevo. Estos jóvenes están proyectando en el mundo la esperanza de los nuevos tiempos. La Jornada Mundial de la Juventud en Brasil tiene ya unos antecedentes. Estos son los lugares donde se ha celebrado anteriormente: en Roma en 1986, le tocó el turno a Buenos Aires (1987), Santiago de Compostela (España, 1989), Czestochowa (Polonia, 1991), Denver (Estados Unidos, 1993), Manila (Filipina, 1995), París (Francia, 1997), Roma (Italia, 2000), Toronto (Canadá, 2002), Colonia (Alemania, 2005), Sydney (Sudáfrica, 2008) y Madrid (España, 2011). Los jóvenes protagonistas de la fiesta de la fe en Brasil, se reúnen este año bajo el lema: “Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos”. Las catequesis o temas que reflexionarán los jóvenes son: “Sed de esperanza, sed de Dios”, “Ser discípulo de Cristo” y “Ser misioneroÖ ¿Ir!”. La Iglesia invita a los jóvenes al encuentro con Jesucristo, considerando que no se puede ser discípulo sin ser misionero. Las palabras discípulo misionero, van juntas, unidas, no se pueden separar, son una misma cosa. La presencia del Papa Francisco, con el nuevo estilo que está dando a la Iglesia, visitará a los pobres de una favela, estará con los enfermos en un hospital, recibirá a los presos, peregrinará al Santuario de la Virgen de Aparecida, realizará un Via Crucis en el paseo marítimo de Copacabana y se encontrará con los jóvenes de todo el mundo, presidiendo la gran Vigilia de Oración. Concluirá su participación presidiendo la Eucaristía de clausura de la Jornada. La presencia de un nutrido grupo de jóvenes dominicanos nos hace presentes a todos en este importante acontecimiento. Luego, ellos y ellas nos traerán la riqueza que han vivido.