PUNTO DE MIRA

Militares que no son

El ministro de Interior soltó un buscapiés a la multitud perredeísta cuando reveló la gran cantidad de militares que están al servicio de los dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano. A esto Monchi Fadul anexó la decisión de acuartelar a los referidos espalderos. De inmediato se destaparon las bocinas de todo el patio político con críticas al dispendio de los recursos oficiales, porque además se sustraen del verdadero servicio a los susodichos. En su información el dirigente del Partido de la Liberación Dominicana enseñó las vestiduras. La culpa de que los militares estén donde no deben estar es del gobierno. El generalato nacional es abundoso. También los que están en retiro. Si sumamos esta corte supernumeraria sería tener un ejército y una policía sólo nominal. Cada vez que Santa Bárbara truena se habla de reintegrar a los que están fuera de los cuarteles, tanto policías como militares. Pero no pasa nada. Todo queda en meras palabras. Recientemente con el anuncio del plan de seguridad el tema volvió a rodar por el tapete, con igual suerte. Han tenido que sumar militares activos, no entrenados en labores de vigilancia callejera, para suplir los policías que están al servicio privado. La presencia de los militares es una acción que se agradece pero daña la imagen del país. No estamos en lucha contra la alteración al orden público, aunque Hipólito diga que va para la calle. Los efectivos con ropa de guerra y armas largas afectan el turismo. Lo deseable es que a corto plazo la Policía sea asignada a cumplir con su rol. Claro que tendrán que incluir también a los que hacen el paso de la hicotea inválida, ganando un sueldo en la PN y otro en el sector privado. Pero ya esto es más difícil de lograr. Quizá los padrinos de los absentistas cobren los cheques de los incluidos en la nómina de la uniformada. Hay margen a sospechas. Monchi Fadul también debió mencionar la situación de militares que tienen como escolta a sus hijos. Se les registra como militares pero jamás cruzan por un cuartel. Sería más honesto que estas instituciones asignen becas de estudios para apoyar a los hijos de sus oficiales. Esto soporta una auditoría.

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