SONDEO
Alexandra
Con experiencia desde los gobiernos del doctor Balaguer, quien inicialmente le permitió probar sus dotes gerenciales en el servicio público desde la dirección de la antigua Rentas Internas, Alexandra Izquierdo es de las buenas adquisiciones del PLD en su alianza político-electoral de varios períodos con los reformistas. Debutó como vicesíndico de Roberto Salcedo en el Distrito Nacional, donde el egocentrismo o centralización del titular no le permitieron hacer mucha cosa, pero al llegar en los finales de la gestión de Leonel Fernández a la dirección general de Proindustria, donde sigue con renovados bríos en la de Danilo Medina, es como si se dijera que “el pez cayó en su agua”. En efecto, la reactivación y la dinámica en distintos parques industriales del país que parecían grandes “elefantes blancos” o que lucían dormir un gran sueño, no se han hecho esperar. Sabiendo el impacto que tendría el funcionamiento de esos parques industriales en la creación de empleos, las expectativas levantadas en las últimas semanas han sido muchas, especialmente tras la visita de hace unos días del presidente Medina por las instalaciones del Distrito Industrial de Santo Domingo Oeste. Con el ánimo en alto y confiada en el éxito, al comprobar que el jefe de Estado respalda y cree en el proyecto, Alexandra Izquierdo refiere que solo con la puesta en operación del Distrito Industrial de Santo Domingo Oeste se contribuirá grandemente a mejorar las condiciones de vida de los moradores en lugares deprimidos de las cercanías, como Manoguayabo, Hato Nuevo, Palavé y el antiguo Batey Bienvenido, partiendo de que se generarían unos 20 mil empleos directos y otros 50 mil indirectos. Las cosas no se quedaron en la visita del Presidente, sino que éste volvió a reunirse con los “dolientes” a los ocho días, y allí, además de instruir al eficiente ministro Gonzalo Castillo para que su cartera concluya las obras de infraestructura que faltan, fue categórico al advertir a los dueños de solares que, una vez puesto el parque “sobre rieles”, tendrán que proceder a instalar sus industrias o, de lo contrario, a devolver los espacios a Proindustria, la responsable de que no se dejen “engordar” por tiempo indefinido, sino de que pasen a gente dispuesta a decir: -y cumplir- lo de “¡Manos a la obra!”... Muy bien.