ORLANDO DICE

Roces por carta de Vargas a Danilo Medina

¿SIN ACUSE?.- Miguel Vargas envió una carta al presidente Danilo Medina buscando protección para la reunión del CEN que convocará, posiblemente, esta semana, y hasta ahora no se conoce respuesta del mandatario, pero tampoco de ninguno de sus funcionarios. El texto de la comunicación fue publicado en los medios, en unos como reseña y en otros de manera íntegra. Sin embargo, nada de acuse de recibo, debiéndose considerar el protocolo o incompleto o cojo. ¿De verdad se mandó la misiva al jefe del Estado o es un bulto para consumo de los interesados en la lucha interna del PRD, en la cual el presidente Medina no tiene arte ni parte? La pregunta vale en razón de que se hace cuesta arriba que una correspondencia del presidente del principal partido de oposición, no merezca la atención de quien ostenta la máxima autoridad del país. Mucho más que se supone que las relaciones son buenas, si se recuerda la visita que le hizo recientemente, y que fue de negocio político, presentación credenciales y rendir pleitesía, que de todo hubo en la Viña del Señor... LA REACCIÓN.- Si extraña que una carta de Miguel Vargas al presidente Danilo Medina no haya tenido respuesta, y ni siquiera acuse de recibo, también que la única reacción viniera de Héctor Guzmán, a quien se identifica como vocero del expresidente Hipólito Mejía. Guzmán dijo dos cosas, sobre todo. La primera, una acusación: que Vargas quiere involucrar a Medina en la lucha del PRD. Y la segunda, una amonestación: que no podía hacer dicha comunicación sin la autorización de la comisión política, uno de los tantos organismos sin funcionamiento. Lo segundo resulta interesante, aunque contradictorio, claro está. El Miguel Vargas que como presidente del partido se le pide que convoque al CEN, no puede hacer diligencias para garantizar determinado orden. No es que se le conceda ser dictador, pero por lo menos sí procurar seguridad. Los incidentes de enero y las amenazas de ahora obligan a prevenir antes que tener que remediar. El amparo ante el Tribunal Superior Electoral y la solicitud al jefe del Estado tienen justificación... COPIANDO.- Héctor Guzmán dice que Miguel Vargas quiere involucrar al presidente Danilo Medina en la lucha interna del PRD, y sucede que su sector negoció con el gobierno la ocupación y entrega del local de la Casa Nacional de ese partido, después del asalto escenificado a finales de enero de este año. Es decir, que Vargas está siguiendo el mismo librito. Hipólito Mejía y su gente pidieron entonces a las autoridades que les dejaran hacer y les dejaran pasar, y ahora Vargas y los suyos quieren lo contrario: que no los dejen hacer ni los dejen pasar. Mejía demostró su fuerza de calle, y de que su bando sabía hacer las cosas por las buenas y por las malas, y además, cumplió, al devolver las instalaciones después de mostrarse como un señor de la guerra triunfante. Las condiciones no son las mismas, pero sí las situaciones. El grupo de Vargas quiere celebrar un CEN a su manera, y el sector de Mejía tiene la intención de que si no es como proponen, desbaratar la fiesta. La violencia, por tanto, es un rasero en las manos de unos y de otros. Y el orden público en riesgo... LOS ANEXIONISTAS.- La solicitud de Miguel Vargas al presidente Danilo Medina no sólo tiene razón de ser en los incidentes en la Casa Nacional del PRD, sino en la actual actitud de entrega de Hipólito Mejía al gobierno. No hay dudas de que los hechos violentos del pasado mes de enero fueron posibles por la neutralidad, o connivencia, o anuencia de las autoridades, que no hicieron nada para impedir acciones típicas de vandalismo político. Bajo la premisa de que Vargas sirve a Leonel Fernández, Mejía hace coro al presidente Danilo Medina. Como si las diferencias entre Vargas y Mejía pudieran ser considerada en otra dimensión. En este caso como un enfrentamiento interno entre los dos peledeístas que se disputan la hegemonía en el partido oficial: Fernández y Medina. Los perredeístas no advierten este ángulo, que luce decisivo, pero cada movimiento de Mejía o de Vargas implica la anexión del partido blanco al morado, sin que ninguno vea a sus oponentes naturales como fuerza subversiva, sino como el aliado indispensable, sin el cual no sería posible alcanzar sus objetivos...

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