PANCARTA

Leyla Alfonso, Elena Galarza y Rafael Rivas

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Raúl Pérez Peña (Bacho)Santo Domingo

No cabe en un artículo nuestra reacción ante el deceso de las tres entrañables personas del título de esta Pancarta. Clara Leyla Alfonso simboliza una generación de la mujer y madre dominicana y del buen periodismo en este país. Emprendedora, trabajadora, y de pensamiento propio, Clara Leyla era mucho periodismo bajo química con un certero sentido del oficio. Sería difícil y complicado recoger en una obra su copioso ejercicio. Como expresión de un dinámico grupo, con Clara Leyla trillamos la misma “línea de defensa” de valores y causas. Nos identificó el esfuerzo por lo digno. Su “nidal” Arturo, era un niño, cuando durante buen tiempo programé en cada mañana dominical una visita obligada al hogar de Clara Leyla y Plácido, sedimentando una mini peña informal. Sus hijos son como mi familia, igual que Nobel y demás hermanos. Doña Elena Galarza. Fue emblema del magisterio en Enriquillo, Barahona, donde resistió con dignidad múltiples atropellos del balaguerato. Bien adulta ingresó y se graduó en pedagogía en la UASD. Sus esfuerzos fructificaron con graduar la mayoría de sus hijos, uno de ellos, Francisco Terrero Galarza, vicerrector de la UASD. Consagrada “madre del 1J4”, doña Elena Galarza, desafió la intolerancia y organizó un masivo recibimiento a Manolo Tavárez. Ella elevó sus sentimientos a las montañas de Quisqueya, escaladas en noviembre 28 de 1963, por su sobrino, Pedro Emerzon Mota Galarza (Chacún), mártir caído durante el alzamiento armado del Movimiento Revolucionario 14 de Junio. Su dormitorio era una galería revolucionaria con fotografías de Fidel, El Che, Caamaño, Manolo, Hugo Chávez y Chacún. Rafael Rivas Gómez. Ciudadano de conducta pulcra, trabajador impenitente en la “visita médica”. Fue un extraordinario ser humano, amistoso y plural. Rafael hacía mutual con su coterráneo Miguelito Nouel muy cercanos a Juan Bosch, sin ser militantes formales del PLD. Una noche Bosch le dijo a un dirigente morado: “Miguel y Rafael están por encima de cualquiera del Comité Central”. Una carta de Bosch desde Benidorm, España, dice a Miguelito: “Amigos como tú tengo pocos”. Del primer matrimonio a Rafael le nacieron Nora e Ilonka Rivas Espaillat. Del segundo matrimonio, con Clara Solano, nació Rafael Ignacio Rivas Solano, abogado, con la nobleza que caracterizó a su padre. Rafael Rivas Gómez, un montecristeño auténtico en Santo Domingo.

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