PUNTO DE MIRA
Hacer respetar la ley
Los ciudadanos vivimos preocupados por la falta de seguridad para hacer nuestra vida normal y poder cumplir las responsabilidades sociales. Entendemos que el país es de todos y que por tanto tenemos deberes y derechos. Como derechos está el libre tránsito, expresar nuestras ideas, elegir y ser elegidos. Son derechos políticos que deben ser garantizados por el Estado. Para hacer cumplir estos, existen las leyes, diversos mecanismos e instituciones. Pero todo esto algunas veces parece letra muerta. Un ejemplo de esto es la convocatoria para una reunión del Comité Ejecutivo del partido Revolucionario Dominicano. Esta cita viene acompañada de la figuración o no, de que habrá violencia. La población tiene elementos que tienden a darle carácter de realidad a este temor. El 27 de enero hubo un asalto contra el local del PRD que dejó varios heridos y destrozos. La avenida Churchill fue el escenario de la trifulca en las narices de la Policía. Luego de las acciones vandálicas hubo las consabidas acusaciones y nada más. Solo nos queda de recuerdo las fotos de Hipólito Mejía en su exhibiéndose en su yipeta como Hitler cuando entró al París ocupado por los Nazis. Las autoridades dominicanas tienen la obligación de impedir que esto no se repita. El domingo, día de asueto y de actividades familiares no pueden ser turbado por las turbas pagadas y políticos inconsecuentes. Los que están llamados a dirigir el país no pueden dar el mal ejemplo. Ni los que están en el Gobierno ni sus aspirantes. Los perredeístas están llamados a reunión el domingo 14. El ministerio de Interior y Policía debe ejercer su poder y garantizarnos que ese día podremos ejercer la libertad de tránsito por la vía pública sin el temor de que el resultado de la trifulca perredeísta nos deje una bala perdida acabe con nuestras vidas. Las riñas entre políticos debe tener sanción. La violencia entre políticos no debe ser aceptada como algo natural. Tampoco la indiferencia policial. Si la Policía no actúa es porque tienen órdenes de hacerse de la vista gorda. Cualquier sangre derramada ese día será atribuida a la indiferencia de los que tienen la obligación de hacer cumplir las leyes. Basta de que algunos personajes crean que están por encima de las leyes.