Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

FUERA DE CÁMARA

A veces llegan cartas... ¡Qué carta!

Uno de los empresarios más prósperos y destacados del país-- cuyo nombre jamás divulgaré por razones que se explican solas en el texto-- me ha enviado una sorprendente carta a propósito de la columna del pasado jueves sobre Hamlet Hermann y su historia revolucionaria. Publico la misiva sin intervenirla para nada, con punto y coma. Y con sus puntos suspensivos... Pero más adelante la comentaré porque esta historia tiene un lado muy oscuro que jamás se ha debatido a nivel de opinión pública. La carta es muy breve... ¡Pero cuántas cosas dice sin decir...! Léanla: “Buen día, César... ¿Y Melvin Mañón? Entiendo Melvin fue la avanzada de Caamaño y por razones que desconozco lo acusan de traidor... “En el libro que escribió, La Travesía, demuestra con documentos rigurosamente incuestionables su verdad y desmonta las caras de revolucionarios contemporáneos vistos hasta ahora como dignos. Él y Hamlet son enemigos. “Te hago estos comentarios no para entrar en dimes y diretes porque sabes hermano César que no tengo condiciones para estos cambios de golpes... Además, no me gustan las polémicas entre intelectuales. “Sin embargo, en el ámbito empresarial no barajo pleito, ahí sí me puedes encontrar. “Un abrazo y feliz año 2013, y sobre todas las cosas mucha salud... Tu Amigo Fulano....” El resto, innecesarioLa carta es inteligente, breve, brevísima, pero con profundidad sublime... En una sola línea dijo tantas cosas que no habría espacio en esta columna para reproducir su contenido. Menos aún, para analizar su única pregunta: ¿Y Melvin Mañón? Melvin Mañón es un conocido intelectual puertoplateño, periodista, escritor, sociólogo, de formación marxista, que estuvo muy vinculado al coronel Caamaño durante su entrenamiento en Cuba. Pero Melvin no era un soldado más que se entrenaba en Cuba para venir en la expedición armada. Era la principal figura política del movimiento, quien realmente mediaba entre el gobierno castrista y el comando militar. O mejor, entre Caamaño y Fidel, así fuera a través de interpósitas personas. Tal como lo señala el empresario amigo en su carta, Melvin Mañón fue la avanzada de Caamaño en los meses previos a su incursión por Caracoles al mando de un grupo de ocho hombres que alcanzaron la Cordillera Central. La tarea de Melvin era contactar a la resistencia urbana que dirigía Amaury Germán Aristy y al liderazgo político que encabezaba Juan Bosch, que entonces era el presidente del PRD, con cuyo apoyo siempre contó Caamaño. Ya en el país Melvin se entera que no existía organización de apoyo al desembarco guerrillero, que las condiciones políticas no recomendaban emprender la acción revolucionaria en ese momento y que la llamada resistencia urbana que dirigía Amaury con Los Palmeros estaba prácticamente desarticulada por las desavenencias que habían surgido entre Román, nombre de guerra de Caamaño, y el propio Amaury y su grupo. Poco tiempo después de llegar Melvin al país, Amaury fue abatido junto a tres compañeros en una gruta del kilómetro 12 de las autopista de Las Américas, el 12 de enero del 1972. Se lo dijo a RománLas versiones que existen sobre este acontecimiento histórico indican que en todo momento Melvin Mañón le hizo saber al Comandante Román que no existían condiciones para un desembarco guerrillero, menos aún después de la muerte de Amaury y sus compañeros, responsables de encabezar la resistencia urbana tan pronto el héroe de Abril pisara suelo dominicano. Hay un espacio oscuro luego de la pérdida de contacto entre Melvin y Caamaño. Lo que pudiera explicar que en febrero del 1973 cuando Román y su grupo se internaron en la Cordillera Central no recibieron el apoyo prometido. Ya en ese momento el contacto urbano era Toribio Peña Jáquez, el “guerrillero sin montaña” que también entró por Caracoles junto al grupo pero que dijo haberse extraviado al llegar a tierra nadando desde el punto de anclaje del Black Jack, el yate en el que arribaron a la isla. Toribio pudo llegar a la ciudad secuestrando a una pareja de religiosos que regresaba a la capital esa noche después de cumplir su tarea pastoral en el Sur. En la capital intentó organizar la resistencia urbana, pero en eso las tropas regulares diezmaron el grupo guerrillero, apresando a Caamaño levemente herido y lo fusilaron junto a otros de sus compañeros. En definitiva, esta historia tiene tramos oscuros que sus protagonistas tendrán que aclarar en algún momento... Porque como decía el difunto Luisito Martí: ¡Eso tiene cocorícamo...!

Tags relacionados