FUERA DE CÁMARA

El proyecto de reforma fiscal y la carta de Danilo

“... Detrás de esta reforma (...) no hay sólo números... Queremos entusiasmar, queremos motivar, queremos comprometer a todos los sectores, y eso sólo será posible si mostramos decisión y voluntad de cambio sobre la práctica del Estado”. Las frases extraídas de la carta que acompaña el proyecto de reforma fiscal, enviado la víspera al Congreso, son una reiteración de la promesa de Danilo Medina de iniciar un proceso de transformación de la sociedad dominicana. Aún es muy temprano para valorar la repercusión que tendrán los nuevos impuestos en la economía, porque lo ideal habría sido una reforma integral que garantizara mayor equidad en la carga tributaria y que se eliminaran para siempre estas soluciones parciales que devienen en remiendos coyunturales para cubrir déficits cíclicos en las finanzas públicas. Pero la iniciativa tiene que ser valorada más allá de su impacto en la economía y por encima del interés sectario de gremios obreros o patronales y de agrupaciones políticas, gremiales y de la llamada sociedad civil atentas siempre a la volatilidad anímica de la gente para soliviantar la paz social. Las aprensiones, sin embargo, son legítimas si se toma en cuenta el nivel de descreimiento de la gente después de tantas enmiendas y parches al sistema tributario nacional, siempre insuficientes para saciar la voracidad fiscal de presidentes y de gobiernos. Esta vez, sin embargo, hay que darle la oportunidad al presidente Medina y confiar que hará “lo que nunca se ha hecho” con el incremento de los ingresos fiscales. Es preciso concederle al nuevo gobierno el espaldarazo que sugirió recientemente el empresario Manuel Corripio, relevo en turno de la sucesión empresarial que lleva su apellido. La carta del Presidente al Congreso Nacional acompañando el proyecto de reforma, compromete la pulcritud del gobierno en el uso de los recursos públicos: “Nuestro compromiso es que cada centavo que se recaude se transforme íntegramente en bienestar para el pueblo”. Proyecto de naciónDanilo motiva a los congresistas señalando que no se trata de una reforma del gobierno “ni para el gobierno”. Y que forma parte de su proyecto de nación. Y recuerda que ese plan de reforma se elaboró teniendo en cuenta las observaciones y sugerencias de todos los sectores de la sociedad como parte de una estrategia integral de modernización del Estado. La carta, entregada al presidente del Senado, Reinaldo Pared, por el ministro de Economía Temístocles Montás, busca vencer la resistencia de algunos senadores del propio partido de gobierno que han mostrado desacuerdo con el proyecto de reforma fiscal. “Lo que está en juego con su aprobación es la educación, la salud, la seguridad, la generación de empleos, los programas sociales, las viviendas, las carreteras... En definitiva, la realización del sueño que decidimos construir juntos”. Ese “sueño” de Danilo se fundamenta en su propuesta de campaña electoral y que reitera parcialmente en su carta al Congreso: 1) Hacer justicia en la redistribución de la carga tributaria; 2) Combatir la evasión y el contrabando; 3) Estimular la formalización de amplios sectores de la economía; y 4) Cumplir con las metas de desarrollo del país. Además, manifiesta que la iniciativa tiene que considerarse como el primer paso orientado a cumplir lo establecido.... en la Estrategia Nacional de Desarrollo en lo relativo al tema fiscal. Someterá otros proyectosEl presidente Medina someterá al Congreso en las próximas semanas otros proyectos que buscan disciplinar la economía, previo a una inminente negociación con el Fondo Monetario Internacional. Entre esas iniciativas se encuentra un proyecto orientado “a enfrentar de forma decidida la evasión fiscal, promover la inclusión y la formalización económica”. También se buscará la aprobación congresional de una ley que consolide los regímenes de incentivos en función de criterios de desempeño, temporalidad y contribución al desarrollo nacional. Con este paquete de medidas el gobierno de Medina busca “garantizar la estabilidad macroeconómica y preservar la confianza en las políticas públicas”, en procura de lograr un impacto favorable en el crecimiento y el empleo. Y en lo que parece ser un llamado a la conciencia nacional, más que “a la responsabilidad y a la solidaridad de todos”, Danilo expresa que ha llegado la hora de mostrar grandeza “y poner el bien común por encima de los pequeños intereses particulares”. “Es el momento de comprometernos, sinceramente, con aquellos que más necesitan el apoyo del Estado, con los más débiles... No podremos transformar el país, reducir la pobreza y sacar a miles de familias de la desesperanza y el desempleo si no contamos con los recursos necesarios, si no ponemos todos nuestro granito de arena...”. Esta reflexión de Danilo, aunque se refiere a todos, tiene un claro destinatario: ¡Los empresarios... Los que pueden pagar!

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