EN PLURAL
Las lecciones de Peña Gómez
Esta semana tuve un encuentro memorioso con Peña Gómez. Fue durante las dos últimas clases del curso “Historia de las Ideas Políticas” que ofrecimos la Secretaría Nacional de Educación y Doctrina del PRD, el Instituto de Formación Política Dr. José Francisco Peña Gómez y la Secretaría de Pensamiento Democrático de la JRD. El curso, con una duración de 5 semanas, fue coordinado por Andrés Lugo Risk, competente profesor de la PUCMM, Secretario Nacional de Enlace con la Sociedad Civil, y Juan Alberto Liranzo uno de los jóvenes que más lee, estudia e investiga en nuestro partido. Los temas de esa noche eran el Socialismo Democrático y la Tesis del Gobierno Compartido. Tony Raful fue el facilitador ñqué lujo, qué orgulloñ que presentó y motivó el Socialismo Democrático. Él, quien escribe con dolor y vehemencia sobre la crisis del PRD, señalando los desvíos y los desviados que reniegan del recuerdo alto de nuestros pasos en la Historia, demostró en esta clase lo que otro poeta dijo: “El olvido está lleno de memoria”. La doctrina, esa que se asomó con sus primeros nombres de Izquierda Democrática, Antillanismo, Libertad, Soberanía, en los documentos fundacionales del PRD; lo que asumimos como Socialismo Democrático al adscribirnos en 1976 en la Internacional Socialista; la que consta en los primeros artículos de nuestros estatutos y que enseñamos, con timidez al principio, en la Primera Escuela de Cuadros, conociéndola y asumiéndola luego cada vez más en nuestras investigaciones y estudios con la guía de Peña Gómez; esa ideología que marca la ética como señal distintiva, y apuesta fuerte contra el neoliberalismo, surgió como un estupendo ectoplasma luminoso de la voz que convoca al pueblo, con la pasión y la certeza de Tony Raful. No quedó en los que estaban presentes ni una duda, ni una hilacha de sarpullido neoliberal, un solo rincón de cómoda sombra para refugiar una conciencia agitada. A todos convenció la verdad encarnada en la clase de Tony. Peña Gómez, como siempre que se habla de ideas, de moral, de democracia, de principios, estuvo ahí. Fue como un dúo entre su acento, y el verbo de Tony. El aplauso de los jóvenes al final de la clase, fue para los dos, como cuando compartían, en los años gloriosos, la tribuna. La Tesis del Gobierno Compartido vino casi por gravedad, a complementar el Socialismo Democrático en una visión hogareña amasada como pan en el horno de la realidad dominicana. Me tocó a mí presentarlo. Peña Gómez lo expuso ñy lo ensayó en el Ayuntamiento del Distrito cuando fue Alcalde en los primeros años de la década del 90ñ de manera funcional, enumerando, definiendo y explicando sus elementos básicos. Yo me he atrevido a conceptualizarlo un poco, en esencia, utilizando algunas nociones de sociología y de política. Así, digo que el Gobierno Compartido, que une los postulados del estado promotor con los de una sociedad civil activa, concebida como movimiento social, es “la expresión de una alianza de actores y sectores sociales diferentes, articulados con los organismos del Estado, en torno a programas discutidos, elaborados, asumidos y ejecutados en común”. De ahí, partí a señalar sus bases fundamentales, y la estructura, sectorial y regional, con sus consejos integrados, que sustentan el edificio de un nuevo modelo de estado, que supera a la vez el esquema estatista y el esquema privatizador, creando un paradigma singular de democracia participativa, un ejemplo plausible y posible de Pacto Social; presenta la colaboración, las responsabilidades compartidas, la solidaridad humana, la equidad en la participación en lo económico y en la toma de decisiones políticas; una gobernabilidad auténtica al servicio de la cohesión social. En la guía didáctica que preparé en PowerPoint para la clase, asomó al finalizar la presentación la imagen que elegí cuidadosamente como el clímax, el lema con el que Peña Gómez caracterizó su Tesis del Gobierno Compartido: PRIMERO LA GENTE (la “gente” para él, como para don Juan el pueblo, era un sustantivo que destacaba a los humildes, a los explotados, a los marginados, a los excluidos). Mi ronquera habitual se acentuó en la emoción con la que leí en voz alta el lema entrañable. Pero juro que resonó con decibeles muy altos, con fuerza mágica. Creímos oír al mismo Peña Gómez proclamándolo, actualizándolo como llamado, como convocatoria premiosa ante la ominosa Reforma Fiscal que arremete contra los pobres “su gente” incrementando la desigualdad y la exclusión social. Tres palabras solemnes señalan ruta a los jóvenes congregados: PRIMERO LA GENTE. Mientras apagaba mi laptop respondí y reiteré en mi interior el mandato de Peña Gómez, con otros versos de Benedetti: “Que Golpee y golpee hasta que nadie pueda hacerse el sordo”.

