Válida aclaración

El anuncio de que por lo menos sesenta productos de la canasta familiar no serán gravados en la propuesta de reforma fiscal anunciada por el gobierno, aporta tranquilidad a una población que había recibido indignada la noticia. Se explicó que debido a un “error” en el borrador que fue suministrado, la leche UHT y evaporada, las carnes de pollo, res, chivo, cerdo, huevos, habichuelas, el pan, bacalao, las pastas alimenticias, la yuca, el plátano, el maíz, la batata, la papa, el refresco, la cebolla, el ajo, y las hortalizas serían afectados. Igual suerte correrían entre otros productos, los guandules, la yautía, el ñame, la auyama, los vegetales, los chorizos, el mondongo, longaniza, salchichas, salami y hasta las tripitas, algo que entre enojo y ridiculez, actuó como un detonante en el ánimo colectivo que días antes había escuchado que los productos de consumo masivo no serían tocados. Siempre quedará la duda de si se trató verdaderamente de un error o fue una reconsideración inducida, pero lo cierto es que la aclaración se hacía oportuna ante un escenario complejo que mezcla lo ideal, lo real y lo moral, pero donde lo único claro es que la situación macroeconómica del país es muy grave. Lo ideal sería no tener que pagar más impuestos, pero la existencia de un hueco superior a 170 mil millones de pesos es cual un cáncer agresivo que no puede ser tratado con aspirinas. En tal virtud, un reajuste fiscal que supla recursos equivalentes a un cuatro por ciento del Producto Interno Bruto, es un trago amargo pero que se hace obligatorio, y eso es lo real. Solo que por un asunto de índole moral la carga tributaria no debe ser repartida a partes iguales (pueblo y gobierno) porque la gente no tuvo la culpa del desbarajuste. El presidente Danilo Medina, quien ha actuado con mucha responsabilidad ante el espinoso tema, ha dicho que no está cerrado a sugerencias de balanceo y eso es precisamente lo que se espera. Pero también urge una explicación detallada y convincente de las causas y responsabilidades del problema que satisfaga a la gente, evite el morbo, y sobre todo, establezcan los correctivos.