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Nuestras relaciones exteriores

1 de 2En el desempeño de las funciones de Canciller de la República durante los últimos ocho años, período que lo hemos dedicado a la consolidación del liderazgo regional, al alcance internacional y a los beneficios económicos que de nuestra gestión pudieran derivarse para la República Dominicana, se han logrado avances importantes en el área de nuestra competencia. Nuestro objetivo ha estado dirigido también a una “diplomacia moderna en un mundo Globalizado”. Esta divisa no es una simple frase, hueca de significado, sino que hacia la consecución de esa meta se ha centrado la labor que con perseverancia venimos realizando. Podemos afirmar que son muchas las cosas que han cambiado desde que asumimos el cargo bajo la presidencia del doctor Leonel Fernández, en agosto de 2004. Y esos cambios se continúan realizando en la medida en que hacemos del Ministerio de Relaciones Exteriores una herramienta eficaz en la permanente promoción de los intereses económicos y políticos de nuestro país. Creemos también que es importante tener en cuenta que la Cancillería, al igual que los demás ministerios, constituye parte sustancial de las herramientas con que cuenta el gobierno para el desempeño de sus múltiples funciones. En nuestro caso, el trabajo consiste en utilizar todos los medios a nuestro alcance para proteger los derechos e intereses del país y de sus ciudadanos. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores no es sólo un instrumento para la defensa de nuestros intereses, sino que también constituye un medio eficaz para la ampliación y consolidación de las relaciones exteriores de nuestra nación. Estas relaciones son importantes porque ponen de relieve el grado de reconocimiento que hemos conquistado ante las demás naciones en dos áreas de suma importancia: La primera de ellas es el enorme avance de la República Dominicana como destino turístico, desde puntos geográficos tan diversos como Rusia y Chile. Esa tangible realidad es, en gran parte, el resultado del trabajo del Ministerio de Turismo; pero estamos conscientes de cómo el trabajo desplegado desde la Cancillería contribuye a la consolidación los esfuerzos realizados por el referido ministerio. En segundo lugar, hemos de resaltar el atractivo de la República Dominicana para la inversión en todas las áreas, desde la minería hasta la manufactura. No debemos olvidar el impacto que tiene la labor que desarrolla nuestro ministerio acerca del empleo y en la prosperidad en la República Dominicana. En los últimos ocho años, la República Dominicana se ha unido, de manera real y tangible, a la comunidad internacional. Mientras en el pasado nuestras relaciones exteriores estaban orientadas principalmente al hemisferio occidental, en estos dos últimos períodos constitucionales hemos entrado verdaderamente en las extensas y complejas relaciones internacionales del mundo contemporáneo. La escogencia de la doctora Rhadys Abreu de Polanco como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos es un ejemplo, el más reciente, de la nueva orientación de nuestra política exterior, así como del respeto y del reconocimiento de que es objeto la República Dominicana en la comunidad internacional. Nuestra labor diplomática -así se trate de ayudar en la obtención de una solución al reciente conflicto interno en la República de Honduras o en contribuir con la solución del diferendo entre Colombia y Venezuela, hace ya varios años, o en trabajar mancomunadamente con nuestros vecinos del Caribe o con la intención de resolver los intricados intereses envueltos en las negociaciones comerciales - es reconocida y apreciada en toda la región. Sin embargo, nuestro trabajo se extiende mucho más allá del área inmediata. Es de resaltar el hecho de que cuatro de cada diez de las misiones diplomáticas de nuestro país se iniciaron en los últimos ocho años. En regiones importantes como África, Oriente Medio y Asia, donde apenas teníamos presencia, en los últimos ocho años la República Dominicana ha desarrollado una larga lista de nuevas relaciones, tanto diplomáticas como económicas. El embajador Hans Dannenberg, por ejemplo, no sólo es nuestro embajador en la India, sino que en su gestión también ha logrado desempeñar un papel decisivo en la apertura de relaciones con los [poner ejemplos.] Resultaría prolijo enumerar la lista de organizaciones internacionales en las que estamos involucrados, pero para mencionar algunas de las regionales, somos parte activa de la SIECA, el SICA, y el CARIFORO. La República Dominicana ha organizado y servido como sede de diversas conferencias internacionales para organizaciones como la OEA y el Grupo de Río, que nos han establecido como un líder regional en iniciativas políticas, económicas y sociales. En estos tiempos de la Globalización como fenómeno histórico se producen hechos que muestran la interconexión del mundo, así como la cada vez más creciente importancia de las relaciones exteriores. Fue en diciembre de 2010 que un inspector de salud de Túnez abofeteó a un humilde vendedor de comida. El vendedor se prendió fuego en una dolorosa inmolación y ese desafortunado acto desencadenó manifestaciones de apoyo en diversas naciones, dando lugar al movimiento que se ha conocido mundialmente como “La primavera Árabe”, y que se extendió desde Túnez a Libia y a Egipto y desde este país a Siria. En el pasado, nuestra representación en el Medio Oriente era muy limitada. En la actualidad tenemos relaciones diplomáticas con varios de países en esa zona, desde Marruecos a Abu Dabi. Como resultado de esas gestiones diplomáticas el mundo árabe está ahora abierto a la República Dominicana. Hemos trabajado con esfuerzo y dedicación en la consolidación de nuestras relaciones con los estados del Golfo, especialmente con Abu Dhabi y con Qatar. Con este último hemos fundado la Iniciativa Hopefor, destinada a mejorar la eficacia y la coordinación de los recursos militares y civiles en las operaciones de socorro. Como se podrá apreciar, no sólo hemos estado muy activos en todo el mundo, sino que también lo hemos estado con la vecina República de Haití. La tragedia que la asoló el 12 de enero del año 2010, nos condujo a redoblar nuestros esfuerzos y nuestro apoyo al pueblo haitiano. Debemos resaltar que, aunque hemos estado muy activos desarrollando una red internacional de relaciones, en ningún momento hemos relegado las vitales relaciones con la vecina República. La reciente visita del presidente Martelly, así como los acuerdos que fueron firmados durante la misma, son los últimos resultados de un largo viaje para fortalecer y consolidar nuestras relaciones. La República Dominicana tiene el firme deseo de contribuir con el fortalecimiento de la salud económica y con el bienestar cívico de la República de Haití. A través de la Comisión Mixta Bilateral que copresidimos, hemos obtenido finalmente la cooperación necesaria para lograr un progreso real y tangible en asuntos de mutuo interés, como los temas de inmigración, de seguridad y de salud. Aunque el alcance de nuestra misión se extiende por todo el mundo la misma se inicia aquí, en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Así como hemos estado trabajando con absoluta entrega y dedicación en los últimos ocho años para que la República Dominicana se consolide como un destino moderno y atractivo para los turistas, también hemos estado trabajando para hacer de la Cancillería una institución moderna, atractiva y eficaz al servicio de los mejores intereses de nuestro país, logrando superar el estado de inacción y abandono que presentaba en el año 2004. En la actualidad, con la remodelación y la adición de un gran Salón de Conferencias con capacidad para 700 personas, se ha modernizado y mejorado sustancialmente nuestra capacidad de trabajo y de entrenamiento para los miembros de nuestro Servicio Exterior. Los visitantes y colegas pueden percibir que contamos con instalaciones de primer orden, de las que los dominicanos podemos sentirnos orgullosos y las demás naciones y organizaciones toman nota. El autor es canciller de la República.

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