EN LA RUTA
Juventud
Hoy y en virtud a la Ley 20-93, el país celebra el Día Nacional de la Juventud. Una festividad en honor a San Juan Bosco, sacerdote y educador italiano nacido en 1815, quien dedicó su vida y apostolado al trabajo con los jóvenes y a quien se denomina como El Padre y Maestro de la Juventud. Sin embargo y muy por encima de la celebración o del premio que la misma ley instituye para homenajear a una serie de jóvenes meritorios, nuestra realidad en cuanto al tema no es la mejor. Los altos índices delincuenciales de una franja comprendida entre los 14 y los 28 años de edad nos dicen que las cosas no andan bien. De la misma manera que lo indican las preocupantes cifras en cuanto a deserción estudiantil, desempleo y los embarazos en adolescentes. Estamos ante una fuerte crisis de valores en la que el respeto y los principios quedaron atrás para dar paso a la ley del menor esfuerzo, el individualismo, la inobservancia de los modales, la indiferencia y el culto a lo fácil. Y no es que se pretenda desconocer el mérito de lo que se hace o se ha venido haciendo, pero a la luz de los resultados es obvio que resulta insufi ciente. Se necesita crear políticas públicas que enfrenten de manera efectiva una situación peligrosa y que compromete el futuro de la patria. Las drogas y el narcotráfi co se han adueñado de una parte de nuestra juventud por lo que urge fortalecer la otrora gloriosa y hoy desvencijada estructura de clubes culturales y recreativos, así como democratizar la práctica deportiva y que no solo se apoye la de alta competición. Más allá de la educación básica, la realidad es que aquí sólo se capacita quien puede y no quien quiere. Se necesita crear más mecanismos para que los jóvenes de escasos recursos puedan formarse en áreas técnicas y accesar a cursos de idiomas, entre otros entrenamientos. Pero defi nitivamente, si no se diseñan políticas sociales a macroescala inspiradas en valores familiares, morales, cívicos y de respeto, seguiremos celebrando el Día de la Juventud, disfrutando de un bonito premio, pero padeciendo los mismos preocupantes problemas.