ORLANDO DICE
El PRD y las expectativas pendientes desde el 2011
EL TIEMPO.- El problema no es si la actual confrontación en el PRD puede llevarse en estos momentos a los extremos que adelantaba ayer. Tampoco si los bandos disponen de medios para avasallarse uno a otro, como lo imponen su encono y su odio. Todo queda en el campo de las hipótesis y las probabilidades. Vale convenir, sin embargo, que esas diferencias no pueden mantenerse ad infinitum. Ni siquiera al 21 de mayo de este año, un día después de las elecciones. Si no se resuelven, las consecuencias se harán sentir y serán de tragedia para el partido, sea que gane Hipólito Mejía o que pierda. Cada cual cobrará el triunfo o la derrota al otro. Cuando estas cosas se hablan, y se hablan en los desafíos íntimos, todos se ríen, creyéndolas fanfarronerías. El pistolero llegado al bar, con revólveres al cinto, pero que no apunta ni dispara, a pesar de estar rodeado de enemigos. El trance queda en quién saca primero, y si nadie saca, ni heridos ni muertos. Gary Cooper siempre fue un vaquero elegante y prudente, pero no todo es película, ni los “detectives” de estos tiempos se controlan lo suficiente... LO HABLADO.- Marino Mendoza es un solo juez, y se recordará que “una golondrina no hace verano”, que por muy apasionado que sea como seguidor de Miguel Vargas no podrá salvarlo de la cuchilla, ni servir de verdugo en caso de que haya que sacrificar a Hipólito Mejía. Sin embargo, para que Mendoza fuera miembro del Tribunal Superior Electoral hubo que hablar, y no fue para que se nombrara a un representante del PRD en esa alta corte, puesto que era algo previsto. Con quien se habló, conoce el compromiso, y tal vez el verso de bohemia de que “no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague”. La nobleza es escasa en este tiempo, y mucho más en la política, o entre políticos, pero abunda la conveniencia. El período que se iniciará el 16 de agosto será crítico, sea a causa de la economía nacional o de la mundial. Si el oficialismo lograra su cometido, y quisiera una gobernabilidad sin sobresaltos, lo mejor sería que el principal partido de oposición coja fuego. Y de poderse, ponerle el agua lejos, de manera que se queme hasta la extinción EXPECTATIVAS.- Hay que suponer lo que debe ser en medio de una campaña electoral, perder concentración en los trabajos propios de la contienda porque se piensa en la venganza futura. Eso está ocurriendo en el PRD, y los perredeístas lo saben, y también sus oponentes del PLD, que celebran esa alianza, que aunque a distancia, es sobremanera efectiva. ¿Cómo no cumplir si ese es un movimiento táctico crucial? No debe sorprender que se resienta la candidatura, pues no es posible pelear en dos frentes, cuando uno de esos frentes está adentro. No ha habido necesidad de regalar el caballo, ha estado siempre en el recinto de Troya. Pero además hay otras dificultades. Expectativas que se crearon desde el año pasado y que se creía que para estas fechas estarían cumplidas, siguen pendientes. Se pensó que el propio Miguel Vargas sería un arma secreta, o que lo sería Hatuey Decamps, o Amable Aristy Castro. Esos retrasos, además de inexplicables, se consideran reveses que no se compensan con la juramentación de desconocidos... EL JUEGO.- Incluso hay gente de dentro y de fuera que está jugando no se sabe a qué. Se cuenta a manera de chiste de que fulano fue a juramentar unos frentes profesionales que ya lo habían sido, pero que en su caso lo hace, ya no solo como engaño, sino para que se lo tome como aporte. Casi un relajo en la circunstancia menos oportuna. Así, también, se comenta cómo a Hipólito Mejía lo han puesto de mojiganga. Lo llevan en el interior del país a visitar a dirigentes de otros partidos, reformistas por más señas, que todavía no han decidido dar el paso, dando la impresión de que apoyan su candidatura. Después, cuando lo hacen, se van con el gobierno y dejan a Mejía en la estacada. Nada afecta más en política, y mucho más en tiempo de elecciones, que los desmentidos. Uno que diga que no, que no es verdad que dio el paso, anula los diez, cien o más que sí. En los mentideros se murmuran estas situaciones, se mencionan a los responsables, sin que en la campaña nadie se atreva a pararle el coche. Lo de Puerto Plata ñdicen-- fue memorable...