TRIBUNA ABIERTA
Obama inicia su campaña reeleccionista
El presidente Barack Obama empezó el año 2011 hablando de grandes visiones y proyectos, como el desarrollo de energía alternativa y sostenible. Habló de construir trenes super rápidos que nos llevarían de aquí a Chicago en poco tiempo. Solyndra, una empresa de energía alternativa que crearía unos cuatro mil empleos con apoyo financiero del gobierno federal, terminó siendo u n fraude colosal. Obama ni construyó el tren ni consiguió dinero para reparar nuestros viejos y decadentes puentes y carreteras. En su discurso sobre el Estado de la Unión, Obama prometió reducir la brecha entre ricos y pobres. Incluyó falsos ataques a China y desmenuzó el tema impositivo. Amenazó con aumentos impositivos para los más ricos, y reducciones para la clase trabajadora. Mitt Romney, el multimillonario aspirante presidencial republicano, solo paga “alrededor de un 15 por ciento” y el resto de nosotros pagamos hasta 35 por ciento. Obama coqueteó con los indignados derechistas del Tea Party y anarquistas de Occupy Wall Street, pidiendo limitar la influencia económica de las corporaciones en las campañas electorales. Sus hermosas palabras son irrelevantes en términos esenciales, no tienen ninguna importancia inmediata, los republicanos seguirán rechazándolo todo en el Congreso. Eso deprimirá aún más el apoyo popular que ellos tienen y, por ósmosis, contribuirá a recuperar la decaída popularidad de Obama. Obama hizo lo único que puede hacer sin aprobación congresional: arrancó su campaña reeleccionista con un discurso populista. Con muchas posibilidades de éxito.