Deuda, pesimismo, Leonel

“Es demasiado tentador para los políticos hacer promesas a nombre del Estado, por las que nunca tienen que rendir realmente cuentas”.(Nadim Shehadi, del Instituto Royal, de Londres). Desde Ginebra, Suiza, se anuncia otra depresión y este autor N.S., afirma que “el contrato social se rompió”, razón por la que los segmentos sociales a, b y c, deben dedicarse a jugar el Lotto, a ver si el espíritu del filósofo Godofredo Leibniz se acuerda de ellos y le manda “el gordo”. (Claro, que nada de esto lo estamos copiando del “genio” de Félix Calvo.) Lo cierto es, que si el Estado pequeño de comienzos del siglo XX, que manejaba apenas el 10% del PIB, pasó a finales de la Segunda Guerra Mundial, a administrar más del 60% del PIB (explicado magistralmente en todas sus vertientes por don Juan en “La crisis capitalista en la economía norteamericana; Dos golpes a la política norteamericana; Causas de la crisis mundial; ¿Qué es y cómo opera el Fondo?; En EEUU los bancos prestan y su cobrador es el gobierno; El Sida económico amenaza el mundo; La oligarquía financiera se ha convertido en clase gobernante en EEUU; La cocaína en la política norteamericana; La Perestroika y los dólares; En Suecia, crisis de la social-democracia”, y a quien no le guste, que se rasque); sólo al final de la década de los 80s., mareados y confusos, los economistas se dan cuenta que las grietas del Estado capitalista eran irreversibles (y la de los no capitalistas, peor). Los Estados más poderosos de hoy, comenzando por el estadounidense, están “crebaos”, como el Casino de Neyba, pues un 75% de ellos deben más de 100% de su PIB actual, y viene a ser que pese a la “rebelión de las masas”, “los indignados”, los “Occupy”, y las “primaveras”, Estados como el dominicano, amenazados “no por la multitud desenfrenada”, sino ágrafa (como la que dirige el ‘discípulo’ del Che Guevara, don Juan Hubieres ñChe, “¡sembraste pulgas, y te nacieron dragones!”ñ), son los que tiene “rendijas” donde las clases a,b, y c, pueden respirar un fino aire de deuda social (si administra bien), porque la mayoría de los países del mundo, ni en 200 años, si es que el planeta aguanta, saldrían de la crisis, y según nuestro autor británico, las dos próximas generaciones trabajarán para pagar una deuda, si es que los Estados no se siguen endeudando y desarrollan sus mercados internos, de la que no disfrutamos, ni hicimos, “porque no éramos sujetos de crédito”. Los Estados fueron quebrados por otros, pero como decía mi caudillo don Juan, en una “sociedad injusta de forma piramidal”, la base de la pirámide paga sin disfrutar, que somos (para que no pelen el diente y se rían de ustedes mismos), todos los que jamás nos hemos calzado unos zapatos de 5 mil pesos dominicanos. ¡Así, como lo oyen! 2.- Pesimismo, ¡compay!Adriano Miguel Tejada, el lunes; y Tony Raful, el martes, nos han dado dos macetazos que nos despertaron como baldes de agua fría (no sé otro, pero el hijo de doña Empera conoce los dos textos). El de Bolívar, con mucho parecido a la frase del viejo Siso Sánchez (que parece oyó o lo leyó del Libertador), de que “Esto será país, pero jamás nación”. Bolívar habló desde el Averno del Dante: “La América es ingobernable; países caerán en manos de la multitud desenfrenada; tiranuelos de todos los colores y razas sembrarán crímenes, seremos extinguidos por la ferocidad; si alguna “parte del mundo” volviera al caos primitivo, seríamos nosotros en LA. ¡Cuánto dolor Bolívar! Carpentier, Tony, a través de Ti Noel: “no podemos ser felices, porque siempre aspiramos a una parte de esa felicidad que no nos toca”. Y allá, todo está cifrado y ordenado. No podemos manifestar nuestro albedrío. ¡Allá el grande es Dios, no nosotros! (El Reino de este mundo). Pero el pesimismo no es sólo dominicano; es patrimonio del género humano. Desde la “ataraxia”, de Epicuro; excepciones de Beltran Russell, Khalil Gibran, Sócrates, Buda, R.W. Emerson, Whitman y unos cuantos más; los otros, cayeron al final, si fue que pasaron de 60 años, en el oscuro pesimismo: Lugo, López, Peña Batlle, Rueda, Moscoso, Federico, Bosch, Duarte, Deschamps, Vallejo, Dante, Da Vinci, Miguel Ángel, Séneca (que odiaba los coliseos), Ibsen, Hemingway, Tolstoi, Napoleón, los dos Don Pedro, Martí, Fidel (¡está pidiendo un robot y dice que el fin es casi inevitable); Zweig, Camus, Sartre, Simone, Pitágoras, Kant, Descartes, Schonpenhauer, Beckett, Santayana, Cortázar, Unamuno, Eliot, J. Díaz y Lacay Polanco, Sanchéz Lamouth, ¡ay!, Dostoyevski, Balzac, Goethe, Víctor Hugo, Nietzsche, Cioran, James, Picaso, Dalí, van Gogh, E. Brito, Colson, etc., etc. ¡Ay, Tony, todo el que pensó profundo, murió como ángel caído con las alas quemadas cual Ícaro. 3.- LeonelSi Leonel Fernández debe tener una satisfacción oculta (como el “Juan Bosch sotorriéndose”, de Rafael Herrera), es porque todos, ¡sin dejar uno solo!, de los que lo atacan en lo personal, no en lo político; son más mediocres que él y menos dotados. Están enlistados: A ver: uno a uno: ¡respondan!