Créanme, Hipólito, Miguel Vargas
“Antes de morir General lamentó no haber sido parte de aquella utopía tras la que esa tarde partieron los que fueron sus soldados”. NOVA, Ignacio. “Ego te absolvo, General”. Cuento. Las declaraciones del ex-presidente y actual candidato presidencial por PRD, Hipólito Mejía, en torno a la desatención de que ha sido objeto por la presidencia del partido blanco hacen temer que Miguel Vargas Maldonado haya preferido jugar las fichas que la historia y la coyuntura electoral dominicana actual ponen en el asiento partidario al modo que las jugaron otros, colocados por el PRD en el ostracismo. Aunque cierto doctrinario político, como el de Maquiavelo, por ejemplo, aconseja a hacerse temer más que amar, lo ocurrido con Hipólito confirma que hacerse amar da mejores resultados. Si la señora Democracia se parece a algo es a una dama: para venir a su altar de glorias exige la conquista. Aterrorizarla, infundirle temor le denota la insubstancialidad del compromiso, la no pertenencia. La ahuyenta. Hipólito no merece tal desplante. Hoy el Ing. Vargas puede parecer ante la opinión pública como un pretendiente injusto. Hipólito le ha hecho guiños, le ha enviado cartitas de amor, le ha respetado los hatos y el señor no quita el truño. “Es injusto”, “Hipólito no se lo merece” se escucha por doquier, vox populi. Nadie merece el desprecio. Menos un compañero PRDísta. Todo el PRD espera que si su Presidente será juzgado por la Historia, emerja validado como un general aliado a sus ejércitos; que marchó junto a las tropas que también le pertenecen, hacia la victoria que se avizora, lo más alejado del fracaso. Todo general sabe que hay batallas que se ganan y otras que se pierden pero que la guerra termina con la vida. Como cualquier PRDísta, presidente o ex presidente del PRD, Miguel Vargas es necesario. Me alegraría su integración a las lides por la victoria del partido; por la apertura de sus opciones... ¿Pero puede él hacerlo? ¿Puede regresar todavía? ¿Algo se lo impide? ¿Tiene compromisos irrompibles con alguien que no son el PRD ni Hipólito? Es lo que cuestionan los menos ingenuos. Si Hipólito “soltó en banda” al Ing. Vargas, debe poseer información, estadística, datos, de que en algún lugar del camino quedó clara la imposibilidad del reencuentro; de que la presencia de Vargas, al precio que parece demandar, es lo más parecido a lo no rentable o a lo imposible. Ojalá que para las partes no se haya llegado a donde los negocios dejan de ser negocios. Informaciones pululan por montones. Especialmente si no perdemos de vista que para dañar al Ingeniero el partido de gobierno hizo circular un empaquetado que lo dibujó como mero comerciante. Eso acostumbra hacer el PLD: despluma los gallos que quiere engullir; los toros que quiere detener o echar al caldero de sus objetivos estratégicos. Y las derivables de la historia reciente. Parecen ilustrar lo que mucho que se podría perder y arriesgar apoyando a Hipólito. Especialmente si resultara cierto aquello de que el aparataje del “crecimiento” del PRD del 2010 se hizo sobre la base de alianzas al parecer irrompibles los con sectores más adversos a Hipólito. Más aún si resultara cierto que esos sectores le avituallaron, le prodigaron medios de comunicación y le enviaron sus avanzadas político-sociales-económicas. De ser cierto, una alianza así habría sostenido el fraude del “Nuevo PRD”. En un caso insólito en la política, en ella se renunció al debate político-económico-ideológico ¡en plena democracia!, como medio de ganar terreno electoral. Y, especialmente, a validar a Hipólito Mejía ante un gobierno que desde el primer día dio señales de querer la reelección financiada con el endeudamiento externo. Para muchos fue una locura eso de “apostar al tiempo”, esperando crecer por mera fuerza de gravedad, por “el desgaste” de un PLDísmo cada día más enriquecido, con mayores cuotas de poder y que, como táctica, había decidido terminar de engullir lo que quedaba del PRSC y empezar a deglutir trozos del PRD. He ahí la explicación a las letras blancas en la publicidad del candidato oficial. ¿Hasta allá llegará el “Nuevo PRD”? Si se tienen asesores con un pie en los templos de los dioses enemigos, resultaría natural que se definan alianzas con el adversario para auto excluirnos del debate y la confrontación; que se contraigan deudas con los más enconados enemigos de Hipólito Mejía. De ser así cualquiera estaría auto acorralado, imposibilitado de participar en lo mínimo de la campaña hacia la victoria a la que marcha su partido. Más si quedan resabios de los fracasos, el ego aún se duele por la pérdida de la oportunidad de obtener la Presidencia de la República. ¡Y todo por creer que la Presidencia se gana con corbatas! Hoy los dominicanos saben nuevamente lo que el PRD es: un ave Fénix: emerge de sus cenizas; un Prometeo: con el sufrimiento y el dolor que le causan el picoteo de las rapiñas devorándole las tripas, paga el precio de ver libres y realizados a los dominicanos. He aquí por qué el PRD recuperó su tamaño (43-47%) de los dominicanos. Un partido así no tiene precio. Su moral no se cotiza en bolsas ni mercados. Su destino no depende de conveniencias individuales. Y en él, las tropas esperan merecer rangos por sus hechos. ¡Eso sí es el nuevo PRD! Se lanzó a las calles a auto recuperarse. A re dibujarse como rostro de la dominicanidad. Todo político debe respetar, aún sean en lo mínimo, las coyunturas políticas y la opinión pública. Más ponerse a tono con los deseos de la militancia de su partido. Saber escucha cuando la voz de la historia le dice: el pueblo quiere un cambio. No se puede ir contra la Historia. Ningún político anda solo. Habrá que ver a quién se suma. De las decisiones depende el destino político. Ir con el adversario, es reconocer un asiento en el negocio y avanzar hacia otra derrota. Postularse por otro partido: abjurar de su organización; integrarse a la marcha de sus tropas: la apoteosisÖ En ella toda democracia puede gestarseÖ Quedar encinta. Y parir, por el trabajo tesonero del parto y el amor. ¡Ojalá me crean, Hipólito, Miguel Vargas!