EN POCAS PALABRAS…
Brasil y Alemania
Brasil y Alemania son dos ejemplos donde las políticas públicas han tenido un resultado exitoso. Estos dos países ubicados en polos geográficos opuestos representan paradigmas de un buen manejo económico en tiempos de crisis e incertidumbres. La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT) y sucesora de Luiz Inácio Lula da Silva, como jefa de Gobierno del país más grande de Latinoamérica, ha dicho que pese a que importantes zonas altamente industrializadas registraron crecimientos negativos o nulos, Brasil ha podido sortear con éxito sostener un crecimiento positivo a lo largo del año recién terminado. Rousseff, quien ha adquirido fama de ser una eficaz gerente, sobrepasa ya la gran popularidad que adquirió su antecesor el ex presidente Lula da Silva (2003-2011). La tasa de desempleo de Brasil es de 6% (técnicamente pleno empleo) y su clase media llega ya a los 100 millones de personas. Al concluir el 2011 se vendieron en Brasil 3.5 millones de carros. Dilma Rousseff siente orgullo en proclamar que ha aprovechado los tiempos de crisis para crear oportunidades y empleos para los brasileños. Más de 33 millones de sus conciudadanos han podido salir de la pobreza gracias a la implementación de sólidas políticas públicas bien concebidas y planificadas, siendo esto la clave de un mejoramiento sustancial en áreas otrora empobrecidas y marginadas. Brasil registró en el 2011 un crecimiento estimado de 3%, manteniendo una inflación baja y tipos de interés decrecientes, lo que le permitió aumentar la tasa de empleo y reducir las desigualdades. En el otro lado del continente, la crisis europea que se expandió y manifestó con mayor vigor y preocupación en el 2011, no fue óbice para que en Alemania, la mayor y más poderosa economía europea llegara a consignar un récord en el número de empleos creados con más de 41 millones de personas. De acuerdo con la agencia de estadísticas del gobierno federal, la oferta de empleos se sintió prácticamente en todos los sectores laborares. Conseguir estos logros en un continente donde se han producido efectos y resultados negativos alarmantes en algunas de las economías principales del bloque europeo, es un ejemplo donde las buenas y acertadas políticas públicas alemanas se tradujeron en crecimiento con prosperidad.