EN LA RUTA
Trascendental
La resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acogiendo la propuesta del presidente Leonel Fernández para encarar el tema de la volatilidad y la especulación en el precio del petróleo y los alimentos, constituye un hecho histórico y trascendental para República Dominicana. Una resolución de Naciones Unidas es una declaración formal adoptada por uno de los organismos que la componen, ya sea la Secretaría General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico o la Asamblea General. Muchas de sus resoluciones y específicamente las de la Asamblea General son vinculantes a los diferentes órganos, y contribuyen a la creación de costumbre internacional y de prácticas interpretativas de la Carta de la ONU. Desde esta misma columna y a raíz de la participación de Fernández en la 66ava sesión de la Asamblea General de la ONU, celebrada en septiembre del año pasado donde planteó su preocupación y propuesta, la califiqué como un importante aporte a la humanidad. De una manera valiente y brillantemente documentada, el gobernante dominicano puso el dedo sobre la llaga y se hizo representante de la preocupación mundial frente a un tema que muchas veces manejado cual casino, tiene efectos demoledores para las economías dependientes y la población. Por eso, el que las principales naciones hayan hecho conciencia de que algo anda mal y que se deben tomar medidas ante una cuestión sensible y de alto impacto social, constituye un aporte valioso para la reducción de la pobreza en todo el globo terráqueo. Muy al margen de la mezquindad de algunos a quienes a veces el resentimiento parece obnubilarle el juicio, este hecho merece un aplauso para el jefe de Estado y es una de las noticias principales del 2011. Con la resolución A/C.2/66/L.7, aprobada de manera unánime por el Grupo de los 77 y China, la diplomacia dominicana se anota un punto luminoso y Leonel Fernández se reafirma en su condición de líder geopolítico, pero más que todo, como humanista y amplio pensador.