EL ROEDOR

Duarte olvidado...y la patria también

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Aristófanes UrbáezSanto Domingo

“Actualmente hay demasiados escándalos e injusticias, demasiada corrupción y codicia, demasiado desprecio y mentira, excesiva violencia que lleva a la miseria y a la muerte. “Sabemos que ningún régimen político humano es perfecto y que ninguna decisión económica es neutral, pero siempre deben servir al bien común”.El Papa Benedicto XVI, en Benín, África Hay que repetirlo de nuevo. Faltan apenas un año y tres meses para el Bicentenario del nacimiento de Juan Pablo Duarte y Díez, el Padre de la Patria (26-1-1813), y no se oye una bulla, ni un movimiento, ni una declaración. Los políticos y los funcionarios están envueltos en su carnaval electoral porque para ellos ñya lo vienen demostrando hace más de cien añosñ, lo permanente son sus intereses personales, políticos y familiares; pero no los de la Patria, aunque para nuestros pro-hombres y verdaderos historiadores: lo permanente es la Patria. Así está consignado en Duarte, Los Trinitarios, Los Restauradores, José Gabriel García, Tejera, Del Monte y Tejada, García Lluberes, Lugo, Demorizi, Peña Batlle, Max Henríquez, Bosch, Euclides, Moya Pons y los muchachos de la Academia, etcétera. Lo importante es que si no se hace nada, como no se hizo en el Centenario en el 1913 (un desorden descomunal, el país quebrado y al borde la primera intervención de EEUU: fuera de una charlita o una corrida de toros con flores de palo en parques); se sepa que un emborronador de cuartillas, llamó la atención. Los 53 mil millones de dólares del PIB, deben recordarse de Juan Pablo Duarte. Que conste... 2.- Duarte, Bosch, FedericoTodo el que lee al escribano, sabe que dos de sus autores preferidos son Juan Bosch y Federico Henríquez Gratereaux. Resulta extraño que haya dos temas que ambos tratan y aunque llegan a la misma conclusión con significantes diferentes, parece que sus escuelas sociológicas no empalman. Lo primero, es el problema de la esclavitud en el Caribe: ambos coinciden en que en otras islas como Cuba, Jamaica, Puerto Rico, las Antillas Menores y en la parte occidental (Haití), fue cruel, espantosa y despiadada y no se comparó a la situación de ‘cimarronaje’ y de la hacienda (hato), en que vivieron los negros del lado Este con la excepción de dos o tres períodos cortos (para Bosch) en que exportamos azúcar al mercado internacional. Bosch, que declaró que él usaba el método marxista para analizar la historia, afirma que aquí lo que hubo fue una ‘oligarquía patriarcal’. Don Fede, no usa el término oligarquía ni patriarcal. Usa, tomado del eminentemente bien dotado Guido Despradel, ‘tolerancia racial’ y ‘peón’. En cuanto a Duarte, ambos coinciden, también: fue un visionario, un organizador de la Trinitaria y la Filantrópica. Ambos rechazan que Duarte haya sido comerciante y afirman que los comerciantes tienen un método para vender sus mercancías, que generalmente es el método (casos de Charles Fourier y Roberto Owen, a.u.) que aplican al modo en que pretenden transformar la sociedad. Juan José Duarte sí era comerciante, pero si tomamos las descripciones de la Capital, de Javier Ángulo Guridi de 1851, así como la del cónsul inglés Robert H. Schomburgk, que llegó en enero del 1849, e informaba a sus jefes en Londres que desde enero “no había llegado al puerto de Sto. Dgo. una embarcación de bandera norteamericana o europea”; entonces, Juan José Duarte no era más propiamente un pulpero (a.u.). De ninguna manera podía ser Duarte, el hijo, un comerciante o un burgués. “Llamarle comerciante es exacto, pero impropio ñasegura don Federicoñ, antiintelectual por antifilosófico, y, el fondo, falso’. Coinciden. Por su “accionar” don Federico dice que fue “un apóstol”, como Martí. Bosch afirma que era el jefe de “pequeña burguesía” liberal que, ante la inexistencia de la clase burguesa (no existía desarrollo material que la hiciera posible), tuvieron que enfrentar a lo más fuerte y más atrasado que redituó, primero, y luego se opuso a su lucha: los hateros o terratenientes. En varios textos, Bosch usa la misma terminología y del papel de la pequeña burguesía en la formación social dominicana. No quisiera causarle alguna urticaria a mi don Federico (el ensayista dice lo que debe sin arredrarse); pero él le tiene miedo al concepto socio-histórico compuesto por la “pequeña-burguesía”, aunque hay que decir que también coinciden en afirmar que las clases sociales dominicanas nunca han estado bien definidas, pese a que Bosch, no obstante organizar dos grandes partidos, podría ser sociólogo o politólogo, uno de los grandes “clerc” intelectuales del país, un artista, pero jamás político” (Federico H.G.) 3.- Cuento breve para HMCuando yo reía, papá Hipólito, visitaba una casa donde había una niña llamada Paola. Su mamá, Arelys, le dijo que yo estaba enamorado de una de las muchachas y desde que el escribano llegaba a la casa, Paola (que ya es una mujer vieja y creo que con hijos), lo primero que decía era: “¡Ahí viene tío, traigan los papeles!”. ¿Qué pretendía ella? Que el escribano se casara. Desde entonces, todo el que conoce de cerca al escribano, sabe que este tiene una consigna: “La lengua no es un documento”. Los ‘abolladores’ de párrafos y versos queremos, Papá, leer el documento que usted ofreció, que fue enviado al FMI por Leonel para resignar la tarifa eléctrica para el 2012; y queremos, también, la lista de corruptos. Ya está bueno. Pero no que usted o otros lo digan, sino conocer esos papeles para que no escapen al juicio de la historia, sin importar el color. PD: Danilo: yo no creo en encuestas, pero estoy con Hedel Cordero: no puede hacer música, ni consignas para pobres y muy pobres, quienes no se han comido un yaniqueque en Los Cartones, ni en Boca Chica.

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