FIGURAS DE ESTE MUNDO
Ramón Cáceres
(Mon, Fue asesinado el 11 de noviembre de 1911)Al parecer, el arte de bien gobernar consiste fundamentalmente en dos cosas: hacer lo que más conviene al pueblo y, luego, convencer al pueblo de que tal cosa le conviene realmente. Desde que Ramón Cáceres ocupó la Presidencia de la República, el 20 de febrero de 1906, comprendió que eran muy peligrosos los opositores guerrilleros jimenistas en la Línea Noroeste. Durante seis meses trató en vano de domeñar a los revoltosos, hasta que estimó llegado el momento de poner fi n, de una vez, a todo aquello. El Presidente propuso a sus generales y hombres de confi anza una acción cuya pauta histórica parece dada por uno de los verdugos o campeones del terror. El 15 de septiembre decretó la concentración, en un plazo de veinte días, de la población y de los ganados en unos cuantos pueblos del Cibao. Este decreto disponía que, al vencerse el plazo, el ejército del Gobierno procedería a matar todo el ganado “vacuno o lanar” de la zona, a fi n de privar a los rebeldes del principal alimento. A fin de cuentas, cada uno de los comandantes de las tropas del Gobierno se excedió en la ejecución de las órdenes. Algunos, nada compasivos, “arrasaban fi ncas, incendiaban casas, mataban más ganado del necesitado por las tropas y, a veces, suprimían la vida de algún pacífi co morador”. Así llegó “Mon” Cáceres a este estado de pacifi cación artifi cial, sobre cuyo cimiento erigiría el gobierno mejor organizado y encauzador del proceso social registrado hasta entonces. En los años sucesivos, Cáceres continuó la política de su antecesor: fi rmó la Convención Domínico-Americana de 1907 y se hizo prolongar el período presidencial hasta seis años. Se encaminaba hacia una dictadura, cuando, el 19 de noviembre de 1911, un grupo de jóvenes conjurados, con Luis Tejera a la cabeza, le dieron muerte a balazos.
