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La crisis alimentaria y el pánico apocalíptico

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Breve comentario para la II Conferencia de Liderazgo, “Oportunidades, dificultades y metas de América Latina: Estrategia consensual sobre energía, alimento y ética”, celebrada en Brasilia del 19 al 21 de Octubre de 2011: Yo pienso que hay un agotamiento del modelo capitalista, que no sólo afecta la distribución de los alimentos, sino que también afecta al sector financiero, energético e industrial, porque la avaricia se ha apoderado de los que controlan el comercio internacional sin pensar en un mundo más justo; creo pues, que este modelo de capitalismo debe ser repensado, para humanizarlo y ponerlo al servicio de todos, sin exclusión. La Primavera árabe es una consecuencia de esto, también los movimientos de indignados que comenzó a gestarse en Madrid y va arropando a todo el mundo; los pueblos del mundo quieren que las riquezas se repartan con mayor equidad. Hay que poner de manera definitiva controles y respaldar la propuesta del presidente dominicano, Leonel Fernández, de crear un frente mundial contra la especulación; pienso que como andamos por globalizarlo todo con el propósito de maximizar las ganancias, es hora de abocarnos a redactar un contrato social global que termine de manera definitiva con la exclusión. De no ser así, los hombres y mujeres que sufren de hambre no se quedarán de brazos cruzados. No auguro una situación apocalíptica, pero sí más primaveras árabes, más movimientos de indignados; un mundo cada vez más crispado e incluso violento, por eso es hora de parar, de detener la cada vez mayor concentración de las riquezas en pocas manos. El mundo es capaz de producir lo que el ser humano necesita, somos los hombres que al fomentar las desigualdades sociales y económicas, ponemos lejos de las manos de los más vulnerables, los alimentos, y no sólo los alimentos, sino el empleo, la salud, la educación y hasta la diversión que les permita una vida plena y digna.

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