Plan hemorragia y destino seguro para 2016

EL ADELANTOLa República Dominicana después de las elecciones 2012 será igual que ahora, con las mismas oportunidades políticas. No veo razón para que haya gente que no se contenga y quiera imponer a la brava el escenario del 2016. Muchos de los ruidos y dificultades que se dan en el PRD, y por igual en el PLD, tienen que ver con esa equivocación de planos. Con esa superposición de posibilidades. Leonel Fernández no hubiera enviado a sus leales a recoger dos millones doscientas mil firmas, si no hubiera querido demostrar que terminaba su mandato sin una arruga. No era una afrenta a Danilo Medina que hablaba entonces de una fuerza adicional de trescientas mil personas organizadas en el sector externo de su candidatura. De Miguel Vargas no se dijera que anima un llamado Plan Hemorragia, si no fuera porque entre sus parciales se tiene al 2016 como destino seguro. Es decir, que en uno y otro partido, el de gobierno y el de oposición, hay quienes consideran que por mucho madrugar se amanece más temprano... EXPERIENCIASLas tareas en el PRD y en el PLD deben concentrarse en el 2012, mucho más si los interesados se dan cuenta de que República Dominicana no se agota en un período y que el 2016 está marcado en el calendario. El futuro pertenece al futuro, y no puede alterarse con el pasado ni dejar que el presente lo eche a perder. Ahora se impone la campaña, y todo y todos deben girar a su alrededor, que tiempo habrá para el partido y las candidaturas que puedan surgir. Incluso, las experiencias debieran aleccionar suficiente. Ese afán por preparar el futuro, cuando la oportunidad era el presente, fastidió muchas posibilidades: Jacobo Majluta, Jacinto Peynado, y por ahí María se va. Salvador Jorge Blanco calculó en l986 que podía volver en 1990 si Majluta caía derrotado. Balaguer sabía que cualquiera de los suyos que llegara a presidente eliminaba su liderazgo. Viendo el comportamiento de los reformistas ahora, el viejo zorro tenía razón. Quien manejara el presupuesto sería dueño de sus lealtades y de sus corazones... EL MODELOLos norteamericanos tienen eso de bueno. El candidato se convierte en jefe absoluto de todo y de todos, sin necesidad de protocolo de integración y sin obligación de rendir pleitesía a pasadas administraciones. Si un aspirante considera que le conviene recoger y hacer suyo el legado de un antecesor del partido o del gobierno, lo incorpora a su campaña como patrimonio común. Muchos lo han hecho con Abraham Lincoln, con John Kennedy, y hasta con Ronald Reagan. Pero solo porque aprecian que les aporta una ventaja y no porque si no lo hacen pierden el respaldo de determinadas franjas de la organización o del electorado. ¿Cómo puede avanzar Danilo Medina si cada vez que debe referirse a un tema debe cuidarse de no afectar la hipersensibilidad de los actuales incumbentes? Si se atiende bien, su campaña dio un giro sutil de acomodo a la realidad que se le impone. Las vallas que abundan ahora hablan de “hacer lo que nunca se hizo”, obviando el tríptico de los inicios, en particular “rectificar lo mal hecho”. Evidentemente que no se podía mentar la soga en casa del ahorcado... LOS “DECRETOS”Ese preocuparse más por el futuro que por el presente es lo que lleva al dirigente perredeísta Aníbal García Duvergé a acusar a Hipólito Mejía y sus seguidores de querer “liquidar” a Miguel Vargas. No puede liquidarlo ahora, puesto que se liquidó solo al perder la justa interna, y se refiere ñevidentementeñ a la competencia del 2016. García Duvergé no es la queja más apropiada para medir el grado de contradicción y beligerancia en el PRD, pues ñsegún se cuentañ tiene dificultades de orden personal con el candidato Mejía. Para él ñsiempreñ el ex presidente será lo peor. Pero si cabe la intriga, alentada por el propio Vargas, de unos “decretos” que emite Mejía nombrando en posiciones de campaña. El hecho, cierto, es para hacer un anecdotario o enriquecer el existente, pues son historias para gozarse. Mejía, con esas “designaciones” no privilegia a nadie, sino que simplemente toca la música del compañero. Hay perredeístas que se la dan de sabios y que exigen para “integrarse” que se les dé por escrito su responsabilidad. Si lo buscan para chercha, Mejía es el mejor...