Un padrino

Cuántas veces se repite: “Se necesita un padrino para poder avanzar en la vida”. O de otra manera: “Sin un padrino uno no crece ni se desarrolla, ni siquiera empieza”. Es cierto, muchas veces se necesita un padrino como un primer apoyo para comenzar o para lanzarse. Hay muchas personas que nunca necesitaron ese padrino. La necesidad del padrino muestra la limitación o las limitaciones del ser humano. Nos muestra cómo nosotros no podemos avanzar solos en la vida, cómo necesitamos a los demás. El padrino va a hacer que tengamos, también, la necesidad de dar gracias. Los padrinos muchas veces son los padres, los amigos, las personas que nos ayudan de una o de otra manera. Pero hay que decir que, más tarde o más temprano, ese pie de apoyo, el padrino, desaparece. Más tarde o más temprano tenemos que caminar solos, sin el padrino. El que se quiera apoyar siempre en un padrino no crecerá, no se desarrollará. Más aún, cuando uno ha recibido el apoyo de los demás, y ayuda a otros, se convierte en padrino de otros. Para madurar en la vida es necesario no apoyarse siempre en padrinos, más aún, crecer hasta convertirse en padrinos de otros muchos. Hasta mañana si Dios,usted y yo lo queremos.