El Central Romana, Papo y Eduardo

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Rafael Cordero DíazSanto Domingo

Al ver que el Central Romana había correspondido su zafra récord con una bonificción también récord a sus trabajadores y empleados, reparé de inmediato en la trayectoria de dos de sus principales ejecutivos: el Lic. Ramón (Papo) Menéndez García, a quien me unen viejos vínculos de amistad, y el Ing, Eduardo Martínez Lima. Porque se trata de dos personas que si bien se han caracterizado por su rectitud y eficiencia en todas sus acciones, también por la sensibilidad, respeto y solidaridad con quienes los rodean, más específicamente con sus trabajadores y empleados. Por esa razón me extrañó que el consorcio diera cuenta no sólo de una producción récord, sino de una bonificación en la misma proporción. De Martínez Lima tengo las mejores referencias, que él ha corroborado con su conducta como hombre y empresa. Pero de Papo Menéndez puedo hablar con más propiedad, porque compartimos gratos momentos en el pasado. A pesar de cualidades que lo distinguían, jamás miraba por encima del hombro, sino que se conducía y compartía como uno más. Todos sabían que Papo tendría un futuro promisorio y que quienes tuvieran la dicha de estar a su lado disfrutarían de sus beneficios y calidad humana. Porque siempre estaba presto para auxiliar de alguna forma a quienes afrontaban dificultades, sin importar las consecuencias. Por eso no me extrañó que el Central Romana no solo informara la producción récord de 3,418,423 toneladas cortas de caña que molió en la zafra 2010-11, ni las 430,000 toneladas de azúcar, sino de los beneficios a sus trabajadores y empleados. Porque tanto Eduardo como Papo han sabido compartir sus triunfos con los suyos. Los 631 millones de pesos en bonificación no es lo único que demuestra la sensibilidad y solidaridad de los dos empresarios con sus trabajadores. También las significativas inversiones en programas de salud, educación, alimentación y vivienda. Desde su entrada en 1978, ha sido la rectitud y eficiencia administrativa lo que ha permitido al consorcio consolidarse, pues se fundó en 1912 como South Puerto Rico Sugar Company, como uno de los grupos empresariales más emblemáticos de República Dominicana. Sin los que no merezcan, pero que tampoco aceptarían, pues por experiencia sé que es de lo que menos les gusta, pero en justicia tanto a Papo como a Eduardo se le puede considerar dos pilares del desarrollo del Central Romana, del Este y de todo el territorio nacional.

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