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La confianza como estabilizador automático

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Haivanjoe NG CortiñasSanto Domingo

Uno de los grandes avances que ha alcanzado y mostrado la sociedad dominicana, y ya no sólo los agentes económicos, es el alto nivel de consciencia que tenemos acerca de la importancia de promover y preservar la confianza como activo intangible de la economía. Para un país alcanzar la confianza en las políticas públicas, en especial la económica; así como en sus hacedores, se requiere de resultados positivos, moderación y coherencia, estadíos que debemos preservarlos a toda costa. Y que los agentes económicos y los consumidores como expresión humana de la economía tengan esperanza, seguridad y buen ánimo en sus decisiones y resultados son condiciones digna también de preservar. De igual forma, alcanzar la estabilidad económica para cualquier país dentro de su ciclo es otro activo, pero tangible, que toda la sociedad ya valora y esa valoración se inicia, por el lado de que hoy día no se concibe un crecimiento económico sano sin estabilidad, misma que puede ser generada y/o mantenida, o bien, alterada por factores externos e internos o ambos a la vez. Si de factores externos se trata, como la crisis financiera internacional, los hacedores de políticas públicas están en el deber de actuar para evitar o mitigar que haga metástasis a lo interno de la economía y con ello expanda los riesgos potenciales de la misma y genere un ciclo perverso en el ritmo de la actividad productiva. En cambio, si son factores internos, el marco de acción de los hacedores de políticas públicas están más en capacidad de propiciar la estabilidad económica, pues pueden manejar con mayor precisión los ámbitos fiscales y monetarios y al mismo tiempo prever, por tratarse de variables endógenas. Apostar a los distintos tipos de estabilidad monetaria como son la de la inflación baja y controlada, la del tipo de cambio, la de la tasa de interés y la financiera, es un estadío sano para la actuación de los agentes económicos y los consumidores, al poder estos programar sus presupuestos con certidumbre. Del mismo modo, apostar a la estabilidad por el lado real de la economía, implica propiciar para que esta crezca cercano a su nivel potencial, a fin de evitar su calentamiento, el cual genera presiones inflacionarias y desequilibrios externos por el lado de la balanza comercial del país con el resto del mundo. La inestabilidad es fuente de fluctuación en la inflación, en el tipo de cambio y en la tasa de interés, fomentando el desahorro y en consecuencia inestabilidad en el sistema financiero, por los distintos tipos de riesgos a lo que se expone. Por el lado fiscal, la sostenibilidad de la ejecución presupuestaria equilibrada; así como la sostenibilidad de la deuda pública interna y externa como fuente de fondeo sano también son estadíos de la economía que se deben preservar, si apostamos a un crecimiento y a un desarrollo de nuestra economía. Reconocer la importancia de la estabilidad para el funcionamiento de una sociedad y para la economía es tarea fundamental para evitar fluctuaciones innecesarias en la operatividad de los sectores productivos y de la vida doméstica de la familia dominicana. En la historia económica contemporánea dominicana se registraron altos costos fiscales y domésticos, provocado por la inestabilidad, razón por la cual República Dominicana necesita preservar un estabilizador automático que sirva de vehículo para que no se produzcan las fluctuaciones indeseadas y dañinas en los presupuestos de la nación, de las empresas y de los hogares dominicanos. Ese estabilizador automático al que hago referencia es a la confianza, misma que sirve de hilo conductor o mecanismo para que la actuación de todos los ciudadanos dominicanos se rijan con racionalidad y certidumbre y no los arrope la incertidumbre y la irracionalidad, factores disociadores del buen despeño económico de una nación. Dentro del ciclo económico partidista dominicano, existe evidencia para sostener que la confianza ha estado presente en las gestiones gubernamentales de los periodos 1996-2000; 2004-2011; en contraposición de los períodos 1982-86 y 2000-2004. Como ejemplo de la confianza como factor estabilizador automático, fue el descenso que experimentó la tasa de cambio tan pronto se anunció el ganador de las elecciones del 2004 y la disminución del spread en el riesgo país. Al faltar la confianza como estabilizador automático en los periodos gubernamentales señalados, la economía; así como sus indicadores sociales fueron afectados negativamente en forma significativa. Preservarla es un reto y una tarea propia de los buenos dominicanos que aspiramos al mantenimiento de la buena gobernabilidad. El autor es economista.

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