ÁGORA
El ajedrez
En menos de dos semanas, la situación interna del Partido de la Liberación Dominicana ha cambiado de forma radical y las nubes oscuras que allí merodeaban parecen diluirse. La salida del vicepresidente Alburquerque y su llamado a cerrar filas en torno a la precandidatura de Danilo Medina constituye un claro antes y después en el proceso de Convención. El Vicepresidente marca nuevamente las señales para aquellos que las quieran ver. Ya lo había hecho previamente, cuando tomó licencia de sus funciones, mientras los demás precandidatos esperaron a ser destituidos. En esta ocasión, al ofrecer su apoyo a Medina, su intervención se convierte en el principal símbolo de que los conflictos o rencores de este último con el Presidente Fernández han sido en buena medida superados. Con este anuncio, parece completarse una estrategia política fríamente calculada o hábilmente improvisada, pero que resulta digna de una buena partida de ajedrez. La entrada y salida de todos, desde el Presidente y la Primera Dama hasta el mismo Vicepresidente, han dejado señales indiscutibles. Con los primeros, se abrió el camino a todos los que querían competir, más allá de su apoyo al Presidente. Y de otra parte, si bien el apoyo de Rafael Alburquerque a Danilo no necesariamente configura una línea política de Leonel Fernández, sí personifica claramente la libertad para que los dirigentes, neutrales o no, apoyen libremente al precandidato de su preferencia. El anuncio del Vicepresidente, que asumió una decisión política astuta y elegante, ha apresurado la reorganización de las fuerzas. Los brazos cruzados han comenzado a agitarse y los discursos ya empiezan a matizarse. Todos se han apresurado en buscar sus nuevos espacios ante la contundente señal de uno de los alfiles del rey. Ahora la pregunta en boca de todos es si la reina dará algún paso adicional. Pero al igual que el resto de los movimientos de esta partida, todo tiene su momento.